PROLOGO
Después de años de armarla y suspenderla, por fin me decidí
y esa noche compramos los pasajes para el 5 de noviembre. La isla vive en un
permanente estado de prevención de ataque por parte de los yanquis, no hay
planos ciertos, no hay GPS, así y todo logre encontrar una vieja Michelin con
caminos (cuando lleguemos allá veremos cuan acertados están) y quedamos
conforme con el trayecto a realizar cruzando la isla de Este a Oeste y para
finalizar nuevamente al Este.
Reservamos la 1º noche en un Hotel de La Habana y elegimos
pasar 3 noches en un all-inclusive de Cayo Santa María, sacamos las visas, y
hasta nos hicimos amigos de cubanos por internet.
A duras aceptamos viajar haciendo 3 escalas (Santiago – Lima
– La Habana), pero a 2 meses de partir, llego “Irma” con su destrucción y como
si fuera poco ahora viene María, ¿será el último? No sé pero nos pasamos todos
los días mirando la TV Cubana. Está resuelto que suspender, no suspendemos, que
una vez en Cuba veremos. Cruzamos los dedos.
-----------------------------------------------------------------------------------------
Bueno aquí estamos recién regresados, encontramos la Isla en
pleno proceso de recuperación, la travesía se cumplió en un 80%, pero volvimos
felices de haber conocido tan hermosos lugares y gente tan esplendida. A
continuación el relato:
Retirar las bicis fue un calvario, debimos esperar que una
señora sacara los 20 televisores de 40’, las herramientas y los neumáticos y
ahí si aparecieron las chicas. Cuando salimos nos pegaron los 30ª de
temperatura. Sacamos a las bicis de las bolsas y sorpresa Scotty tenía la rueda
trasera zafada de su lugar por suerte nada grave, armamos y salimos pedaleando.
El plano que arme para llegar al Hotel de nada sirvió, debíamos subir a una
carretera y darle derecho. Igualmente fuimos preguntando y llegamos bien.
Hotel Neptuno Tritón, 4 estrellas, 22 pisos. Construido en
los 60 y nunca realizado el mantenimiento, 6 ascensores (solo funciona 1, a
veces), la habitación que nos dieron en el 3º piso estaba limpia pero hacía
rato que necesitaba una mano de pintura. Sobre una mesa y en las mesitas de luz
había unos lindos ceniceros y en la puerta un moderno cartel “Prohibido Fumar”.
Se hicieron las 21hs y nos avisan de recepción que había llegado Adrián, a
quien traíamos una encomienda de Buenos Aires. Gentilmente nos invitó unas
copas mientras conversamos.
El comienzo 7/11




Y mientras cenábamos a las 7:30 de la noche, se largó a
llover. Amaneció lloviendo y decidimos quedarnos otro día. La lluvia y los
nubarrones iban y venían. Optamos por dar un salto y con una camioneta
conseguida por la anfitriona (80CUC) ir directo a Varadero al día siguiente.
Varadero 9/11

Me alegre de haber tomado esa decisión, la ruta ya no tenía banquina y por momentos diluviaba, y como si fuera poco el Huracán había volado todos los arboles del camino.

Nos atendió Liberty (Libertad) nos dio las llaves y se fue. Desarmamos las alforjas y bajamos a la playa en el fondo del edificio, almorzamos lo que nos había sobrado del día anterior y salimos a pasear con las chicas, tratamos de llegar hasta la punta pero el viento en contra y el tráfico en la ruta lo hacia peligroso, paramos en la plaza WIFI, he intentamos entrar a internet, como no pudimos volvimos a la playa.
Así transcurrieron los 2 días que estuvimos en Varadero
entre lluvia, solazo, pedaleo y caminatas. No sabemos si siempre será así pero
a las 20hs todo está cerrado y las calles quedan desoladas, solo 2 negocios
para comer hamburguesas permanecen abiertos.
Cruzando la Isla 11/11
Debíamos llegar a "Jaguey Grande", pero por las distancias la etapa se cortaba en "Jobellanos", Liberty cuando se enteró nos trato de locos, afirmando que en esa ciudad nos robaban o nos mataban. Con esa consigna salimos bajo un cielo con nubes y viento de frente. Dejar de la península fue fácil pero al tomar la carretera a "Cardenas" el tráfico se hizo muy intenso y la banquina era de tierra. Por fin llegamos a la circunvalación y entramos a "Cardenas" la gente nos desvió hacia una ruta secundaría en medio de plantaciones de caña, hasta que por fin subimos un puente sobre las vías del tren y entramos a "Jovellanos", íbamos por una calle larga hasta que se cortó y preguntamos a un bici-taxi por alojamiento, indicándonos una calle y un apellido. Cuando llegamos se trataba de un pasillo con varios cuartitos con baño no muy saludable, se trataba de un TELO, y como ya era tarde nos quedamos. Salimos a recorrer el lugar pero volvimos rápido por miedo de perdernos, no teníamos ni la dirección del lugar.


Ciénaga de Zapata 13/11




Dejamos todo y con las bicis nos fuimos a almorzar a la
playa, comimos pizzetas y nos maravillamos con sus playas una verdadera pileta
de agua tibia totalmente transparente. Volvimos ya de noche para cenar,
bañarnos y a dormir.
Al otro día desayunamos y partimos para pasar el día en la
playa, a Gra la esperaba unas chuletas de pescado recién sacado y a mi unas de
cerdo todo a la parrilla (exquisito). Volvimos temprano para ver el Museo de
Girón.
La ruta a “Cienfuegos” por dónde íbamos a ir está cortada
parece que el Huracán se llevó un puente, única ruta volver a la Carretera
Nacional y volver a bajar. Esto motivo que salteáramos esta ciudad y en Micro
fuéramos directamente a “Trinidad”
La Ciudad de las luces y el buen beber 16/11

Tres noches en “Trinidad” para descubrir que esta ciudad si
tiene noche, montones de turistas y cubanos a juntan para comer y beber en la
zona vieja, con negocios abiertos hasta altas horas.
Nos llevamos, muy lindos recuerdos y mucha playa.
La gran duda, se puede subir los “Topes Collantes” con las
bicis cargadas, todos nos dijeron que no, que varios se quedaron subiendo con
coches y los micros no la suben. Decisión vamos a Santa Clara en micro.
Caminando nos fuimos a la Terminal a reservar pasaje, solo reservar, no te
pueden vender porque se les cuelga la internet.
La Ciudad del Che 19/11
Las bicis SI, las bicis NI, las Bicis NO. Después de una larga espera las chicas no viajan con nosotros, irán en el siguiente Bus y llegaran 5hs mas tarde. Como no hay otra solución aceptamos. Partimos nosotros, el micro va a “Cienfuegos” y luego a “Santa Clara”, nos espera un taxi y nos lleva al Hostal La Buena Vida, reserva de Pipo. Damos una pequeña vuelta mientras nos preparan el almuerzo, estamos en la zona fundacional de lugar, en la esquina vemos un mural recordatorio de “El Vaquerito” soldado del Che muerto en defensa de su batallón, descansamos y nos vamos en carro a caballo al Mausoleo del Che.


Comienzan los problemas, en la terminal nos confirman que Vía
Azul no entra a los Cayos, que solo entran los chárter. Alquilemos un auto, no
hay autos para alquilar en Santa Clara. Difícil decisión viajamos a Cayo Santa
María sin bicis y las dejamos en el Hostal junto con toda la ropa de ciclismo.
Mientras nos consiguen un auto, pedaleamos hasta el Tren
Blindado, testimonio de la sagacidad del Che en la lucha armada, como logra
derrotar a un batallón de insurgentes apoyados por la CIA, que venían en un
tren con los vagones blindados y llenos de armamentos. Monumento que se levantó
en el mismo lugar de los hechos.
Trescientos metros adelante se encuentra el Comité
Provincial Comunista de Santa Clara, el edificio se llama CHE, y en la entrada
se encuentra la reciente escultura a tamaño natural del Che con un niño en
brazos, esta obra refleja un momento histórico en el que bajo bombardeo de los
insurgentes, una madre pide a gritos que salven a su hijo atrapado bajo las
ruinas y el fuego de su casa. El che en persona se baja de su jeep entra al
edificio y sale con el niño en brazos.
Recreo 21/11


Y así van pasando las 3 noches pagadas, desayunando,
almorzando y cenando a lo grande, hasta que Gra me dice me quiero quedar una
noche más. Ella solita se fue hasta la recepción y se pagó el día sin que nos
cambiaran de habitación, eso sí a 180 dólares.
Aquí tampoco hay autos de alquiler
y cuando ya no sabíamos que hacer un mozo nos ofrece conseguirnos un auto con parrilla en el techo para ir a recoger a las chicas y seguir hasta la Habana, aceptamos de inmediato y nos dedicamos a vaguear en la playa.
y cuando ya no sabíamos que hacer un mozo nos ofrece conseguirnos un auto con parrilla en el techo para ir a recoger a las chicas y seguir hasta la Habana, aceptamos de inmediato y nos dedicamos a vaguear en la playa.
En un día Lluvioso nos vamos del Cayo Santa María, el auto
esperado era un Buick 1950 sin parrilla y el chofer no tenía idea de las bicis,
y mientras conducía se puso a buscar un reemplazo que nos esperó en la entrada
a Santa Clara, recogimos a las chicas y seguimos rumbo a La Habana.
Final en La Habana 25/11

Apenas llegamos al Hostal de Nieves dejamos las cosas y con las chicas nos fuimos a la Plaza de la Revolución, tomamos la Av. Isabel II buscando un lugar para almorzar pero ya era tarde, llegamos al Malecón buscando un barcito donde habíamos parado aquel 7 de noviembre, pero apenas llegar vimos la imponente figura del Hotel Nacional de La Habana, con Gra nos miramos, y al unísono dijimos vamos a tomar un café. Cenamos en lo de Nieves, en compañía de Adrián que paso a saludar.
