Cuando leyó el mail, se copó inmediatamente, ir a Carhué para andar en bici y aprovechar sus Termas es el sueño de Graciela.

Por suerte cerca de la 10 de la
mañana la niebla se disipo y empezamos a acelerar. Cuando llegamos a Bolívar
era imprescindible llenar el tanque y ante este apuro nos vimos obligados a
entrar a la ciudad. Cuando salimos nos encontramos con el resto del grupo que venía
en una camioneta blanca, deje que me pasaran y juntos continuamos hasta llegar
a Carhué.
El Hotel Avenida Termal fue el elegido
para alojarnos, es una casona muy reciclada, tiene Spa y dos piletas de agua
caliente, una descubierta y la cubierta con agua termal a 38º, muy pero muy
salada, según consta 10 veces más que el agua de mar.Nos tocó la habitación nº 1, dejamos los bolsos, nos cambiamos y nos juntamos alrededor de la pileta descubierta a comer unos sándwiches y cerca de las 4 de la tarde con las bicis nos fuimos a dar una vuelta. Llegamos a la vieja estación de Trenes, hoy reciclada como terminal de micros, y tomamos una calle de tierra para salir a la ruta.

Nos volvimos a cambiar pero esta vez con malla y a las piletas, el clima estaba muy fresco para la de afuera así que nos metimos en la termal que es de relax, sin querer me salpico agua en los ojos y el ardor fue tan grande que me vi obligado a salir para lavarme con agua normal en dos oportunidades. Cumplido el tiempo máximo permitido nos retiramos a la habitación para bañarnos y cambiarnos para cenar.
Estábamos cansados del viaje y del madrugón, así y todo nos fuimos a comer Pizza.
*2 de mayo
Carhué se hizo desgraciadamente
famoso en 1985 cuando su Lago se desbordo, inundando toda su Villa Turística, llegando
casi hasta la ciudad, recién a partir de 2010 el agua comenzó a bajar dejando
al descubierto un macabro espectáculo de viviendas totalmente destruidas por
las salitrosas aguas del Lago Epecuen. Hoy este desastre ecológico es utilizado
por el municipio como lugar turístico y hasta te cobran entrada.

Pasaje por la ciudad, otra vuelta a
la pileta y a cenar, probando las exquisiteces del Restaurante del Hotel.
*3 de mayo
Ahora nos tocaba la otra orilla del
lago. Cruzamos la ciudad y tomamos una calle de tierra con el vestigio de hasta
donde llego el agua, por el suelo muy húmedo y el olor salitroso muy fuerte,
íbamos paralelo a las vías del tren, cuando paramos y pudimos acercarnos
comprobamos que el salitre había corroído los rieles y comido los durmientes
hasta hacerlos desaparecer. A nuestra derecha se veía el Lago, fuera del camino
el campo pelado de arbustos y fangoso. Aquí apareció un perro galgo, en mal
estado, buscando cariño, una de las chicas le dio agua y a partir de ese
momento comenzó a seguirnos. Llegamos a la estación de tren Arturo Vatteone,
donde no pudimos ingresar por lo agresivo de los okupas, y siguiendo el camino doblamos
a la izquierda y luego de unos km llegamos a la ruta que lleva al pueblo de
Rivera, donde hay un asentamiento judío, muy conocido por su gastronomía.
Aquí
comienzan los cerritos, luego de una cuesta nos desviamos por un camino de
tierra, donde paramos a almorzar las empanadas que llevábamos, algunos le
tiramos al perro restos de nuestra comida, que devoró rápidamente y luego se
quedó dormido y allí lo dejamos, seguimos por este camino que rápidamente se
transformó en una huella y luego de varias cuestas aparecimos en otra ruta pero
de tierra muy ancha y en bajada hasta la entrada al pueblo.

Resto del día libre para el mate, la
pileta y a cenar en restaurante con menú gourmet, y a prepararnos para la Gran
Pelea de Maidana.
*4 de mayo

A la noche la niebla era profunda, a
las 10 de la mañana seguía igual. Caminando nos fuimos a encargar el almuerzo
para el camino y aprovechamos para sacar unas fotos y para hacer la última visita
a la pileta termal. A las 2 de la tarde con el cielo limpio emprendimos el
regreso.
Total km recorridos 80,850
Gra y Hugo/2014