Con la Kangoo en un viaje al Triásico



El Parque Nacional Talampaya, siempre fue un lugar que nos quedó atragantado, desde esa vez que tuvimos que suspender el viaje con GG. La plata que habíamos pagado la usamos para ir a los Saltos del Mocona, y en los viajes sucesivos los costos se fueron tan arriba que no volvimos a anotarnos.
Así con unas vacaciones de Gra, me dije porque no vamos con la Kangoo y llevamos a las bicis. El buscador de rutas de YPF, me mostraba un camino demasiado largo para hacerlo en un día, ya que manejo yo solo y decidí hacer noche en Villa Carlos Paz. La Camio estaba lista y preparada para comerse los kilómetros con sus zapatitos nuevos.
El martes 30/09 a las 8AM partimos, tomamos la Panamericana, tranquilos, el velocímetro marcaba 120/130 km/h, charlando y tomando mates llegamos a la Circunvalación de Rosario donde subimos. Y por fin la Autopista Córdoba-Rosario, empiezo a apretar el acelerador y cuando la Camio llega a 140 km/h el volante empieza a vibrar a lo loco, me dije –puta madre, está mal balanceado- Y así todo el trayecto cuando aceleraba más de la cuenta vibraba todo. Me lo tome con soda hasta que por fin llegamos a Villa Carlos Paz.
Nos instalamos en el Hotel “La Cuesta” en plena ruta, tomamos unos mates y salimos a buscar una gomería para balancear las ruedas, allí me confirmaron que las mismas tenían un defecto, y que al regreso fuera a reclamar, pues me iba a ser difícil superar los 140 km/h. Tomándolo con mucha calma volvimos al hotel para una siestita. Esa noche cruzamos la ruta y comimos una parrillada, caminamos unas cuadras y volvimos para dormir.
Miércoles 1º/10, 9 AM ya estábamos saliendo, hicimos toda la cuesta hasta La Cumbre y llegamos a Cruz del Eje, dejamos atrás Villa de Soto y nuestra Kangoo cumplió los 100.000 km, paramos sacamos unas fotos y continuamos, la ruta muy monótona pero en buen estado. En Chamical entramos a dar unas vueltas y frente a la terminal de micros paramos para almorzar unos “Lomitos”. En Patquia llenamos el tanque por última vez y ya entramos en los km finales. Empezamos a ver esos cerros hermosos, degastados por los años y los vientos, con representaciones de Castillos, paramos varias veces a tomar fotos y a las 16 hs llegamos a la oficina de Información Turística de Villa Unión, nuestra base por unos días. Recabamos la info necesaria para hacer las visitas y nos fuimos al “Paraíso del Bermejo” donde teníamos reservada una habitación. Cerca de la 9 de la noche, cenamos y a dormir.
Jueves 2, 8 AM salimos para Talampaya, el camino estaba muy polvoriento según los guías. Al final nos quedamos con el Overland 4x4, un paseo de 3 hs de duración a $285 por persona. A las 10 hs con el camión lleno con los 18 participantes salimos a recorrer este extraordinario lugar. Fue un verdadero viaje a la era del Triásico y en cada parada explicada por la guía. Sensacional y maravilloso viaje al pasado de la tierra, sentados en el techo del camión. Cuando volvimos entramos al “Sendero del Triásico”, donde maquetas plásticas explican la vida de los famosos gigantes.
Después de almorzar volvimos a Hotel donde armamos las bicis y nos fuimos hasta la agencia a pagar el viaje a “Laguna Brava”, (600 x cabeza). Pedaleamos hasta el Dique, seguimos un camino que nos devolvió a la ruta, visitamos en el Cementerio la tumba de Miguel Ángel Gaitán, un bebe que murió de meningitis. Y luego de enterrado aparecía desenterrado, se le hizo un mausoleo y la gente recurre a él a pedirle favores. Seguimos por un camino de ripio que cruza el Río Bermejo, aprovechando que tiene tan solo un hilo de agua en entramos al poblado de Banda Florida, llegando hasta un Cañadón donde se encuentra un anfiteatro natural y luego de una fotos volvimos a bañarnos, esa noche cenamos en el restaurante del hotel y a dormir.
Viernes 3, a las 8,30 hs nos pasó a buscar una Toyota 4x4, manejada por Damián, levantamos a dos turistas una Inglesa y otro Francés y los cinco tomamos la ruta, última parada antes de comenzar a subir Vinchina, kilómetros después comienza la constante subida hasta los 4200 msnm, por el camino fuimos parando para sacar fotos y en Altos del Jagüel, un pobladio de arrieros nos encontramos con la otra camioneta de la empresa y con unas señoras que nos vendieron unas tortafritas y unas empanadas mientras nos convidaban con unos ricos mates. Seguimos, los siguientes kilómetros fueron muy crudos con un fuerte viento y al llegar a la Laguna el frio era tremendo y no se aguantaba mucho tiempo. Comenzó a caer agua nieve y Damián nos pidió que subamos a la camioneta, tomamos por un camino de piedras hacia el “asfalto” (nunca imagine encontrar ruta asfaltada a 4000 msnm, íbamos por una planicie hacia el otro lado de la Laguna donde están los “geiser” de agua surgente pero fría, donde apreciamos a los Flamencos Rosados que habitan en la Laguna y cuando ya nos íbamos cruzamos una manada de Vicuñas donde había una preñada. En el descenso paramos en dos de los famosos “Refugios de Arrieros” y nos encontramos con un grupo de trabajadores que están plantando “FIBRA OPTICA” por toda la cordillera.
La cena, asado en una parrilla recomendada y a dormir.
Sábado 4, por la tarde/noche el cielo se había puesto plomizo, pero cuando nos levantamos el cielo estaba totalmente azul y febo brillaba a lo loco. Ibamos transitando por la ruta hacia Talampaya, para hacer una caminata por el Cañón Arco Iris y empezamos a ver agua sobre la banquina, cuando llegamos al centro de Interpretación, no enteramos que el Parque estaba cerrado por ahí había diluviado. No lo pensamos mucho tomamos el camino a Ischigualasto y dimos por concluida nuestra visita a La Rioja.
San Juan ahí vamos. 70 km de un parque al otro, más 13 km para adentro y ya estábamos en el Parque Provincial Ischigualasto o Valle de la Luna. Mientras yo tomaba fotos Gra entro a averiguar y sale caminando rapidito con un guía señalando el camino de entrada. A diferencia de Talampaya este se hace cada uno en su medio de trasporte, el guía junta varios vehículos, se sube a uno y en caravana van haciendo las paradas. Hacia unos minutos que estos habían partido, si nos apurábamos los alcanzábamos, de lo contrario debíamos esperar 4hs. Nos metimos por un sendero corriendo un Rally con curvas y contracurvas, hasta que divisamos la caravana justo cuando hacían la primera parada en Valle Pintado. Fuimos recorriendo cada maravilloso lugar pasando por sectores con mucho barro hasta llegar a la caminata para llegar a la famosa Cancha de Bochas, donde a nuestra insistencia hicimos cruzar al guía por un riacho formado por la lluvia y donde varios descalzos lo siguieron o como yo que metí la zapatilla en el agua. Terminamos él recorrido felices y embarrados de haber culminado esta aventura y como agradecimiento mientras estaciono la Kangoo un pequeño zorro se me puso delante para que lo fotografíe.
Salimos del Parque con destino San Agustín del Valle Fértil, donde encontramos una Hostería para pasar la noche y seguir nuestro camino.
Domingo 5, la ruta provincial 510 en un carrusel, un constante sube-baja, muy peligroso ya que en cada bajada te podes encontrar con un río crecido y las marcas de las frenadas están allí como prueba. Nosotros íbamos tranquilos a 100 km/h cuando en una bajada nos encontramos por suerte con un riacho de unos 30 cm de crecida, pudimos frenar a tiempo y pasar despacio. Llegamos a la ruta 20 totalmente rota, con sectores donde debimos transitar por la banquina ya que el agua se había llevado el asfalto hasta que doblamos en la 79 con tramos muy rotos y por fin entramos a San Luis, donde todo es “maravilloso”, almorzamos en Candelaria y de ahí a Santa Rosa de Conlara y autopista a Merlo, la del clima especial, promocionada y concheta localidad.
Después de vueltas y vueltas nos alojamos en Complejo Don Gregorio, en una Suite con doble yacusi, salimos a caminar por su increíble Avda. del Sol, cenamos en una Cervecería una pizza con cerveza artesanal tirada y a dormir.
Lunes 6, temprano con la Kangoo salimos y tomamos el camino asfaltado con curvas muy cerradas al Mirador del Sol (1470 msnm) donde pasamos varias horas disfrutando del paisaje y tomando unos mates, para volver a nuestra Suite. Nos cambiamos armamos las bicis y salimos para hacer un city tour por los cerros, cuando comenzamos la trepada de la Av. Del Sol, era más del medio día y paramos en la Boutique de la Milanesa, para almorzar (tremenda mila mitad fugazzeta, mitad provolone) llenitos volvimos al Complejo, yo para una siesta, Gra a la pileta climatizada. Esa noche unos sándwichitos y a dormir. 
Martes 7, volvimos al city tour pero esta vez seguimos por una calle (RP1) que lleva hasta el algarrobo abuelo (200 años) y volvimos por la calle-ruta hasta la salida de Merlo, retomamos a la sombra de uno de los pocos arboles mateamos y como era mediodía pasamos por una parrilla donde compramos choripán y vacío y almorzamos en el balcón de nuestra suite. Yo me fui a la siesta y Gra no conforme se fue a dar otra vuelta por Merlo pero para el otro lado.
Cuando desperté Gra no había llegado, me puse la malla y a la pile, a seguir la siesta en una de las reposeras. Cuando Gra llego se vino con el mate. Ultima noche, volvimos a la Cervecería por una picada con más birra artesanal.
Eran las 7 de la tarde del miércoles, cuando nos sentamos en el living de nuestra casa a matear.


HRN/OCTUBRE-2014