Con la Kangoo en un viaje al Triásico



El Parque Nacional Talampaya, siempre fue un lugar que nos quedó atragantado, desde esa vez que tuvimos que suspender el viaje con GG. La plata que habíamos pagado la usamos para ir a los Saltos del Mocona, y en los viajes sucesivos los costos se fueron tan arriba que no volvimos a anotarnos.
Así con unas vacaciones de Gra, me dije porque no vamos con la Kangoo y llevamos a las bicis. El buscador de rutas de YPF, me mostraba un camino demasiado largo para hacerlo en un día, ya que manejo yo solo y decidí hacer noche en Villa Carlos Paz. La Camio estaba lista y preparada para comerse los kilómetros con sus zapatitos nuevos.
El martes 30/09 a las 8AM partimos, tomamos la Panamericana, tranquilos, el velocímetro marcaba 120/130 km/h, charlando y tomando mates llegamos a la Circunvalación de Rosario donde subimos. Y por fin la Autopista Córdoba-Rosario, empiezo a apretar el acelerador y cuando la Camio llega a 140 km/h el volante empieza a vibrar a lo loco, me dije –puta madre, está mal balanceado- Y así todo el trayecto cuando aceleraba más de la cuenta vibraba todo. Me lo tome con soda hasta que por fin llegamos a Villa Carlos Paz.
Nos instalamos en el Hotel “La Cuesta” en plena ruta, tomamos unos mates y salimos a buscar una gomería para balancear las ruedas, allí me confirmaron que las mismas tenían un defecto, y que al regreso fuera a reclamar, pues me iba a ser difícil superar los 140 km/h. Tomándolo con mucha calma volvimos al hotel para una siestita. Esa noche cruzamos la ruta y comimos una parrillada, caminamos unas cuadras y volvimos para dormir.
Miércoles 1º/10, 9 AM ya estábamos saliendo, hicimos toda la cuesta hasta La Cumbre y llegamos a Cruz del Eje, dejamos atrás Villa de Soto y nuestra Kangoo cumplió los 100.000 km, paramos sacamos unas fotos y continuamos, la ruta muy monótona pero en buen estado. En Chamical entramos a dar unas vueltas y frente a la terminal de micros paramos para almorzar unos “Lomitos”. En Patquia llenamos el tanque por última vez y ya entramos en los km finales. Empezamos a ver esos cerros hermosos, degastados por los años y los vientos, con representaciones de Castillos, paramos varias veces a tomar fotos y a las 16 hs llegamos a la oficina de Información Turística de Villa Unión, nuestra base por unos días. Recabamos la info necesaria para hacer las visitas y nos fuimos al “Paraíso del Bermejo” donde teníamos reservada una habitación. Cerca de la 9 de la noche, cenamos y a dormir.
Jueves 2, 8 AM salimos para Talampaya, el camino estaba muy polvoriento según los guías. Al final nos quedamos con el Overland 4x4, un paseo de 3 hs de duración a $285 por persona. A las 10 hs con el camión lleno con los 18 participantes salimos a recorrer este extraordinario lugar. Fue un verdadero viaje a la era del Triásico y en cada parada explicada por la guía. Sensacional y maravilloso viaje al pasado de la tierra, sentados en el techo del camión. Cuando volvimos entramos al “Sendero del Triásico”, donde maquetas plásticas explican la vida de los famosos gigantes.
Después de almorzar volvimos a Hotel donde armamos las bicis y nos fuimos hasta la agencia a pagar el viaje a “Laguna Brava”, (600 x cabeza). Pedaleamos hasta el Dique, seguimos un camino que nos devolvió a la ruta, visitamos en el Cementerio la tumba de Miguel Ángel Gaitán, un bebe que murió de meningitis. Y luego de enterrado aparecía desenterrado, se le hizo un mausoleo y la gente recurre a él a pedirle favores. Seguimos por un camino de ripio que cruza el Río Bermejo, aprovechando que tiene tan solo un hilo de agua en entramos al poblado de Banda Florida, llegando hasta un Cañadón donde se encuentra un anfiteatro natural y luego de una fotos volvimos a bañarnos, esa noche cenamos en el restaurante del hotel y a dormir.
Viernes 3, a las 8,30 hs nos pasó a buscar una Toyota 4x4, manejada por Damián, levantamos a dos turistas una Inglesa y otro Francés y los cinco tomamos la ruta, última parada antes de comenzar a subir Vinchina, kilómetros después comienza la constante subida hasta los 4200 msnm, por el camino fuimos parando para sacar fotos y en Altos del Jagüel, un pobladio de arrieros nos encontramos con la otra camioneta de la empresa y con unas señoras que nos vendieron unas tortafritas y unas empanadas mientras nos convidaban con unos ricos mates. Seguimos, los siguientes kilómetros fueron muy crudos con un fuerte viento y al llegar a la Laguna el frio era tremendo y no se aguantaba mucho tiempo. Comenzó a caer agua nieve y Damián nos pidió que subamos a la camioneta, tomamos por un camino de piedras hacia el “asfalto” (nunca imagine encontrar ruta asfaltada a 4000 msnm, íbamos por una planicie hacia el otro lado de la Laguna donde están los “geiser” de agua surgente pero fría, donde apreciamos a los Flamencos Rosados que habitan en la Laguna y cuando ya nos íbamos cruzamos una manada de Vicuñas donde había una preñada. En el descenso paramos en dos de los famosos “Refugios de Arrieros” y nos encontramos con un grupo de trabajadores que están plantando “FIBRA OPTICA” por toda la cordillera.
La cena, asado en una parrilla recomendada y a dormir.
Sábado 4, por la tarde/noche el cielo se había puesto plomizo, pero cuando nos levantamos el cielo estaba totalmente azul y febo brillaba a lo loco. Ibamos transitando por la ruta hacia Talampaya, para hacer una caminata por el Cañón Arco Iris y empezamos a ver agua sobre la banquina, cuando llegamos al centro de Interpretación, no enteramos que el Parque estaba cerrado por ahí había diluviado. No lo pensamos mucho tomamos el camino a Ischigualasto y dimos por concluida nuestra visita a La Rioja.
San Juan ahí vamos. 70 km de un parque al otro, más 13 km para adentro y ya estábamos en el Parque Provincial Ischigualasto o Valle de la Luna. Mientras yo tomaba fotos Gra entro a averiguar y sale caminando rapidito con un guía señalando el camino de entrada. A diferencia de Talampaya este se hace cada uno en su medio de trasporte, el guía junta varios vehículos, se sube a uno y en caravana van haciendo las paradas. Hacia unos minutos que estos habían partido, si nos apurábamos los alcanzábamos, de lo contrario debíamos esperar 4hs. Nos metimos por un sendero corriendo un Rally con curvas y contracurvas, hasta que divisamos la caravana justo cuando hacían la primera parada en Valle Pintado. Fuimos recorriendo cada maravilloso lugar pasando por sectores con mucho barro hasta llegar a la caminata para llegar a la famosa Cancha de Bochas, donde a nuestra insistencia hicimos cruzar al guía por un riacho formado por la lluvia y donde varios descalzos lo siguieron o como yo que metí la zapatilla en el agua. Terminamos él recorrido felices y embarrados de haber culminado esta aventura y como agradecimiento mientras estaciono la Kangoo un pequeño zorro se me puso delante para que lo fotografíe.
Salimos del Parque con destino San Agustín del Valle Fértil, donde encontramos una Hostería para pasar la noche y seguir nuestro camino.
Domingo 5, la ruta provincial 510 en un carrusel, un constante sube-baja, muy peligroso ya que en cada bajada te podes encontrar con un río crecido y las marcas de las frenadas están allí como prueba. Nosotros íbamos tranquilos a 100 km/h cuando en una bajada nos encontramos por suerte con un riacho de unos 30 cm de crecida, pudimos frenar a tiempo y pasar despacio. Llegamos a la ruta 20 totalmente rota, con sectores donde debimos transitar por la banquina ya que el agua se había llevado el asfalto hasta que doblamos en la 79 con tramos muy rotos y por fin entramos a San Luis, donde todo es “maravilloso”, almorzamos en Candelaria y de ahí a Santa Rosa de Conlara y autopista a Merlo, la del clima especial, promocionada y concheta localidad.
Después de vueltas y vueltas nos alojamos en Complejo Don Gregorio, en una Suite con doble yacusi, salimos a caminar por su increíble Avda. del Sol, cenamos en una Cervecería una pizza con cerveza artesanal tirada y a dormir.
Lunes 6, temprano con la Kangoo salimos y tomamos el camino asfaltado con curvas muy cerradas al Mirador del Sol (1470 msnm) donde pasamos varias horas disfrutando del paisaje y tomando unos mates, para volver a nuestra Suite. Nos cambiamos armamos las bicis y salimos para hacer un city tour por los cerros, cuando comenzamos la trepada de la Av. Del Sol, era más del medio día y paramos en la Boutique de la Milanesa, para almorzar (tremenda mila mitad fugazzeta, mitad provolone) llenitos volvimos al Complejo, yo para una siesta, Gra a la pileta climatizada. Esa noche unos sándwichitos y a dormir. 
Martes 7, volvimos al city tour pero esta vez seguimos por una calle (RP1) que lleva hasta el algarrobo abuelo (200 años) y volvimos por la calle-ruta hasta la salida de Merlo, retomamos a la sombra de uno de los pocos arboles mateamos y como era mediodía pasamos por una parrilla donde compramos choripán y vacío y almorzamos en el balcón de nuestra suite. Yo me fui a la siesta y Gra no conforme se fue a dar otra vuelta por Merlo pero para el otro lado.
Cuando desperté Gra no había llegado, me puse la malla y a la pile, a seguir la siesta en una de las reposeras. Cuando Gra llego se vino con el mate. Ultima noche, volvimos a la Cervecería por una picada con más birra artesanal.
Eran las 7 de la tarde del miércoles, cuando nos sentamos en el living de nuestra casa a matear.


HRN/OCTUBRE-2014

A Carhué con Ciclo Tur


Cuando leyó el mail, se copó inmediatamente, ir a Carhué para andar en bici y aprovechar sus Termas es el sueño de Graciela.
Se puso en contacto con Ale de Ciclo tur y pacto el pago vía internet, y así fue como el jueves 1º de mayo salimos de casa en la camio, con las bicis y los bolsos. Al llegar a Cañuelas todavía no había amanecido y una niebla comenzaba a bajar, decididamente nos metimos en la estación de servicios y mientras tomábamos unos cafés esperamos que amanezca. A las 7 de la mañana retomamos la ruta, con un cielo plomizo que no dejaba pasar los rayos del Sol, a los pocos kilómetros el camino se hizo peligroso, apenas si se podía ver unos cuantos metros delante. En hilera íbamos avanzando a 60-70km/h como máximo, eso sí cada tanto aparecía un hdp que nos pasaba a alta velocidad sin ver nada.

Por suerte cerca de la 10 de la mañana la niebla se disipo y empezamos a acelerar. Cuando llegamos a Bolívar era imprescindible llenar el tanque y ante este apuro nos vimos obligados a entrar a la ciudad. Cuando salimos nos encontramos con el resto del grupo que venía en una camioneta blanca, deje que me pasaran y juntos continuamos hasta llegar a Carhué.
El Hotel Avenida Termal fue el elegido para alojarnos, es una casona muy reciclada, tiene Spa y dos piletas de agua caliente, una descubierta y la cubierta con agua termal a 38º, muy pero muy salada, según consta 10 veces más que el agua de mar.
Nos tocó la habitación nº 1, dejamos los bolsos, nos cambiamos y nos juntamos alrededor de la pileta descubierta a comer unos sándwiches y cerca de las 4 de la tarde con las bicis nos fuimos a dar una vuelta. Llegamos a la vieja estación de Trenes, hoy reciclada como terminal de micros, y tomamos una calle de tierra para salir a la ruta. 
Apenas unas cuadras, cuando sufrimos las primeras pinchaduras, una de las chicas pinchó la rueda delantera, cuando intentamos cambiar la cámara, el pico de la nueva no entraba, cambiamos por otra y tampoco, le tuvieron que prestar una para poder reparar, pero en ese momento nos dimos cuenta que la rueda trasera también estaba pinchada, para evitar el mismo problema sobre la pinchada se hizo una reparación de emergencia y por fin continuemos, tardamos más de una hora en esta situación.
Cruzamos la ruta y por el lado opuesto hay una ciclovía que usamos por un km volvimos a cruzar para tomar el camino que lleva a La Chacra (Camping Municipal), donde dimos unas vueltas y volvimos por el mismo camino hasta el hotel.
Nos volvimos a cambiar pero esta vez con malla y a las piletas, el clima estaba muy fresco para la de afuera así que nos metimos en la termal que es de relax, sin querer me salpico agua en los ojos y el ardor fue tan grande que me vi obligado a salir para lavarme con agua normal en dos oportunidades. Cumplido el tiempo máximo permitido nos retiramos a la habitación para bañarnos y cambiarnos para cenar.
Estábamos cansados del viaje y del madrugón, así y todo nos fuimos a comer Pizza.


*2 de mayo
Carhué se hizo desgraciadamente famoso en 1985 cuando su Lago se desbordo, inundando toda su Villa Turística, llegando casi hasta la ciudad, recién a partir de 2010 el agua comenzó a bajar dejando al descubierto un macabro espectáculo de viviendas totalmente destruidas por las salitrosas aguas del Lago Epecuen. Hoy este desastre ecológico es utilizado por el municipio como lugar turístico y hasta te cobran entrada.


Luego de desayunar y reparar las cámaras pinchadas, partimos, tomamos la misma salida a la ruta pero una vez en ella doblamos a la izquierda por un camino de tierra en mal estado y pesado debido a la humedad reinante. Cruzamos por debajo de unas vías y de pronto apareció una vaca muy asustada por nuestra presencia, que venía hacia nosotros, debimos quedarnos quietos, varios minutos, hasta que esta nos pasó para poder continuar. Llegamos a la estación Lago Epecuen hoy Centro de Interpretación, donde almorzamos en compañía de unos gatos de una casa tomada, que a toda costa trataban de robarnos los fiambres.


Cuando salimos tomamos lo que queda del camino asfaltado y entramos a la Villa. La primera sensación es de una tristeza total, el ver tantas esperanzas cortadas, los restos de cientos de casas, hoteles y restaurantes es desastroso y da vergüenza ver como se dejaron estar y permitieron que les pasara esto.
En ese momento los restos de la Villa se encontraban copados por un gran número de marinos y bomberos, adiestrando personal y perros, para salvatajes en casos de desastres. Seguimos el camino que bordea el Lago y encontrando un balneario recientemente inaugurado, vacío por la época del año y unos km adelante el Matadero de la ciudad, una de las tantas obras del Maestro Salomone, con su famosa torre estilo Art Deco, también destruido, donde tomamos unos mates. Ya llegando al pueblo con la bajante del agua quedo al descubierto el Cementerio, agobiante desastre con sus tumbas reventadas, algunas con sus muertos todavía (imaginamos por las flores frescas).


Pasaje por la ciudad, otra vuelta a la pileta y a cenar, probando las exquisiteces del Restaurante del Hotel.


*3 de mayo


Ahora nos tocaba la otra orilla del lago. Cruzamos la ciudad y tomamos una calle de tierra con el vestigio de hasta donde llego el agua, por el suelo muy húmedo y el olor salitroso muy fuerte, íbamos paralelo a las vías del tren, cuando paramos y pudimos acercarnos comprobamos que el salitre había corroído los rieles y comido los durmientes hasta hacerlos desaparecer. A nuestra derecha se veía el Lago, fuera del camino el campo pelado de arbustos y fangoso. Aquí apareció un perro galgo, en mal estado, buscando cariño, una de las chicas le dio agua y a partir de ese momento comenzó a seguirnos. Llegamos a la estación de tren Arturo Vatteone, donde no pudimos ingresar por lo agresivo de los okupas, y siguiendo el camino doblamos a la izquierda y luego de unos km llegamos a la ruta que lleva al pueblo de Rivera, donde hay un asentamiento judío, muy conocido por su gastronomía. 
Aquí comienzan los cerritos, luego de una cuesta nos desviamos por un camino de tierra, donde paramos a almorzar las empanadas que llevábamos, algunos le tiramos al perro restos de nuestra comida, que devoró rápidamente y luego se quedó dormido y allí lo dejamos, seguimos por este camino que rápidamente se transformó en una huella y luego de varias cuestas aparecimos en otra ruta pero de tierra muy ancha y en bajada hasta la entrada al pueblo.


Resto del día libre para el mate, la pileta y a cenar en restaurante con menú gourmet, y a prepararnos para la Gran Pelea de Maidana.
*4 de mayo

A la noche la niebla era profunda, a las 10 de la mañana seguía igual. Caminando nos fuimos a encargar el almuerzo para el camino y aprovechamos para sacar unas fotos y para hacer la última visita a la pileta termal. A las 2 de la tarde con el cielo limpio emprendimos el regreso.


Total km recorridos 80,850


Gra y Hugo/2014











CARNAVALES EN SAN PEDRO

Después de haberse quedado fuera del viaje a Colonia Suiza, Ceci, comenzó con el,

  •  A donde vamos para Carnaval???

Y trajo todo tipo de información. Al ver ese Hotel en San Pedro y el precio de promoción, No dudamos más y reservamos una gran suite, (a lo Calamaro).

Mientras íbamos por la Panamericana nos dimos cuenta que muchos habían elegido el mismo camino, una fila interminable de vehículos adelante y detrás nuestro nos hacía ir a paso de tortuga. Hasta que por fin llegamos a Campana luego de una hora, donde muchos desvían para Entre Ríos, cuando pasamos Zarate la ruta se limpió y pudimos llegar ya sin demoras.

El Hotel de Turismo es un viejo edificio todo reciclado, situado sobre la barranca con una hermosa vista al Río Paraná, con jardines y dos piletas una cubierta. Nuestra habitación orientada hacia el Rió con un ventanal de pared a pared, nos dejaba ver la costanera y el puerto.
Era mediodía que mejor festejar nuestra llegada, con algún pescado a la parrilla. 

Un cielo con nubes y resolana nos hizo ponernos las mallas y bajar al jardín. Gra fue la única que se metió en la pileta descubierta, el agua estaba muy fría, con Ceci nos fuimos a la otra, con agua caliente. Luego nos quedamos observando el horizonte mientras tomábamos unos mates, hasta que llegó la hora de cambiarse y salir a cenar. Caminando llegamos a la pizzería.

Para el domingo pronosticaban lluvias, pero amaneció más despejado, después de un desayuno frugal¿?!!, nos vestimos de ciclistas y partimos con las bicis para hacer los 20km que nos separaban de La Vuelta de Obligado. Fuimos eligiendo calles por donde circulaba nadie, hasta llegar a la RP1001, nuestro camino, dejamos atrás la zona urbana y la zona de cabañas de alquiler y comenzamos a pasar campos y arroyos con un asfalto bastante deteriorado, alguna que otra subida y bajada, y una brisa a nuestras espaldas que nos hacía muy rápido.
La entrada a este pueblo no se hizo esperar, a medida que nos acercábamos al Parque Histórico Natural, veíamos lo cambiado de este lugar a diferencia de nuestra última visita, ya hace unos años. El hecho que, nuestra Presidenta haya puesto en valor la Batalla que allí sucedió y la reconstrucción de dicho Parque trajo más gente y más negocios.
El lugar me pareció hermoso, el monumento con las cadenas está muy bien logrado y el lugar se encuentra muy limpió y cuidado. No nos pareció prudente quedarnos a tomar unos mates en ese “Campo de Honor” y luego de las fotos bajamos hasta la costa, y al pié de las escaleras que llevan al viejo monumento erigido por la Marina le dimos a los amargos. Luego subimos al monumento mismo. Este lugar se encuentra muy abandonado y sucio, tras lo cual nos fuimos a comer unas ricas pastas.
Una enorme plaza con juegos para niños, fue el lugar para la digestión y luego bajo un Sol abrazador emprendimos el regreso, ahora, la brisa la teníamos de frente, costo mantener el ritmo y todo parecía en subida. Comenzamos a hacer paradas en los puentes para recargar energías. Íbamos subiendo lentamente con Gra delante, Yo atrás y Cecilia que perdía el ritmo, como a 150 metros, le grito a Gra que espere y en eso siento a mi costado una vos que dice.

 -        Vamos a pasarlos.


Me doy vuelta y veo a Cecilia siendo “empujada” por un ciclista rutero, que la llevo toda la subida y la dejo como a 200 metros delante. Después conto que sintió una mano en el “hombro” y el tipo sin decir nada que la empuja, para luego con un saludo dejarla sola allá adelante.
Y así entre risas y comentarios soeces llegamos a un almacén donde paramos a tomar algo fresco, en eso vemos pasar al “gentil” ciclista en sentido contrario. La ruta comenzó a llenarse de autos que también volvían y nosotros decidimos circular por la banquina de tierra cuando ya faltaban unos kilómetros. Entramos a la ciudad buscando una panadería y una vez localizada nos juntamos en el jardín para tomar unos mates. Era el turno de la parrillada.

El lunes amaneció lindo pero ventoso, por la mañana nos quedamos en Hotel, Gra quería a toda costa meterse en la pileta de afuera, pero el agua estaba muy fría, luego de los mates de rigor, almorzamos en el Hotel y luego de la siesta salimos para el Citi Tour, fuimos de aquí para allá hasta que por fin abrieron el negocio donde quería comprar unos porrones de Cerveza, seguimos yendo de aquí para allá hasta encontrar otra panadería y otra vez al hotel para más mates. Esta noche sería Picada con Cerveza Artesanal, en la Cervecería Oliveira (muy rica).

Martes día de regreso, teníamos hotel hasta las 16 horas. Estuvo lloviendo casi toda la noche, pero a medida que avanzaba la mañana se iba despejando, otra vez Gra quería usar la pileta y con su malla nueva salió al parque y se contuvo hasta ver a unos jóvenes que se metían y allí se fue, mientras Ceci tomaba Sol y Yo me cubría con una sombrilla, volvió tiritando pero feliz y así trascurrió toda la mañana, volvimos a almorzar en el hotel y como no había más que hacer emprendimos el regreso, no sin antes hacerme parar varias veces en el camino para hacer las comprar de último momento.

PD: Nos encontramos con un San Pedro muy bonito, con una calle peatonal cortita pero muy concurrida, una costanera espectacular, llena de turistas. Con cosas locas, la “vuelta al perro” la hacen entre dos calles, van y vienen con la música a todo volumen. Una gran mayoría se moviliza en moto, pero no va uno o dos, sino toda una familia con chicos y los cascos no existen. Y sin festejos de carnaval, no hay comparsas ni murgas.

Hugo Nacarado
07/08/2014

De la Montaña al Mar



El 2013 fue un año jodido para mí, cada vez me está costando más salir a andar en bici, Gra le echa la culpa a la Kangoo y a la compu, que cada vez me cuesta más levantar el culo de la silla, y puede ser verdad.
Cuando a los reclamos se sumó Cecilia no tuve más escusas y me puse a organizar algo, y se me ocurrió volver a Bariloche para hacer algunos recorridos simples que siempre nos quedaron en el tintero, como el circuito chico y algo que siempre me quede con las ganas, poder bajar en bici el Cerro Campanario y el López.
Para esto había que olvidarse de la ciudad y alojarse directamente en Colonia Suiza, que ya era atrayente.
A beneficio de Cecilia decidimos tomarnos la primera quincena de febrero, y una vez todo organizado La Ceci se bajó por problemas familiares. Y bueno quedamos solitos.

El 1° de febrero a las 6 de la mañana salimos con rumbo a Gral. Roca, según el pronóstico nos preparamos para tener lluvia todo el viaje, pero apenas tomamos la RN5, el cielo se despejo he hicimos todo el recorrido con el aire a full, después de un extenuante viaje llegamos, en la misma rotonda de entrada hay una parrilla y atrás un hotel. Nos alojamos, me bañe y me dormí La siesta, desperté para cenar y otra vez a dormir. 
Despertamos con un día de mucho calor y cielo despejado, en Piedra del Águila aparecieron las primeras nubes y mientras cruzábamos el Valle Encantado comenzó a caer una llovizna y al llegar a Bariloche se sumaron unas fuertes ráfagas de viento, que me tiraban el auto hacia la banquina. 
Luego de unos 3km de un camino de tierra muy roto llegamos a Colonia Suiza y al Camping Ser (Muy Recomendable) donde nos asignaron un Dormi (ya reservado).
Como era domingo bajamos las cosas, nos abrigamos (hacia unos 10°) y salimos a recorrer la Colonia y al parque de los artesanos donde casi todo es de la familia Goye. Compre un porrón de cerveza artesanal Valais y descubrimos las tortas de la Abuela Goye, inmediatamente Gra eligió una porción repleta de frutas finas con chocolate y crema que gentilmente repartió, insaciable siguió con un waffle también repleto de frutas y cremas, mientas devorábamos estas exquisiteces la llovizna iba y venía. Saciado el apetito de la merienda nos retiramos al Dormi donde tomamos unos mates. En la puerta de la Hostería “Juan Goye” una chica vendía unos panes caseros, pensando en la cena salimos, uno relleno de queso y aceitunas y uno común para el desayuno y de paso nos vendió mermelada de Sauco, la que más me gusta, y ahora si a dormir la siesta.

Amaneció igual, mucho frio, mucho viento y una lluvia que iba y venía, desayunamos y resolvimos ir con la Kangoo a averiguar al Campanario si nos subían y como bajábamos, allí nos enteramos que solo se sube en silla y se baja en la misma silla o caminando, en bici NO. Seguimos hacia Bariloche buscando un cajero, y así llegamos a la ciudad. Por no pagar en estacionamiento medido dejamos la camio 7 cuadras para arriba y bajamos al centro. El Banco Nación tenía un solo cajero y una cola de media cuadra, seguimos buscando otros bancos con la Red Link, y mientras mirábamos vidrieras, cruzamos el Centro Cívico hasta encontrar el Banco de La Pampa, vimos algunas cosas para comparar pero yo me negaba a subir con peso. Volviendo, pasamos por la administración de Parques, donde nos informaron que al López tampoco se puede subir con bicis (me quede con las ganas) pero también nos comentaron que en el Catedral inauguraron una senda exclusiva para bicicletas por entremedio del bosque, que te lleva al Gutiérrez y no es el conocido balcón, también nos informan que ahora se puede acceder al Guillelmo por la reconstruida vieja ruta al Bolsón, unos 11km.

Amaneció parecido, más frío, más viento pero sin lluvia por el momento, bajamos a la playa del Moreno Este (este Lago está dividido por un puente, por eso el nombre) la pared del López nos tapaba el viento y luego de unos mates volvimos al Dormi, donde nos cambiamos sacamos las bicis y no fuimos a hacer un recorrido de 8km que nos llevó hasta la otra margen del Lago por un camino de cornisa. Volvimos para el mediodía, era la hora de las Truchas, decidimos aceptar la oferta de “Aire Sur” típico suizo, (media trucha enorme con salsa al limón, papas rusticas y ensalada, Cerveza artesanal La Cruz y postre), volvimos al Dormi, ya que se había sumado la lluvia, por las dudas compramos más pan relleno.

Hoy parecía que iba a mejorar, nos vestimos de ciclistas con buzo y campera, subimos las bicis a la camio y partimos rumbo al Guillelmo, en Villa Mascardi la entrada encontramos una despensa y enfrente una plaza con bancos, todo nuevo, dejamos la Kangoo y comenzamos un camino de ripio angosto, con subida y bajada que nos dejó en una tranquera cortando el paso a vehículos motorizados. Más descensos y llegamos a la playa del Lago, caminamos unos metros, varios carteles indicaban No Acampar, No hacer fuego, etc. Otra vez en el camino de tierra húmeda y ripio íbamos bordeando la margen del Lago, pensar que esta era la ruta al Bolsón. El cielo se ponía cada vez más plomizo, teníamos la sensación de ser los únicos en la zona, solo se escuchaba el ruido de agua y algún que otro pájaro, de la ruta que estaba allí del otro lado no llegaba nada, por más que se veía pasar algún que otro vehículo. El camino se hizo más desparejo y angosto y sin bordes sobre el lago, y de pronto se transformó en ripio y en piedras, circular se hacía peligroso, una caída significaba un golpe duro, el paisaje dejo de tener importancia y solo veíamos por donde pasaba las ruedas, en una curva ciega encontré un viejo paredón de contención del agua y paramos era el lugar justo para el mate. En un momento la ruta se aleja del agua y se mete en un bosque, estábamos en la mitad del recorrido, la segunda parte fue más salvaje, rocas más grandes que sortear, agujeros hasta llegar al final con sorpresa, deberíamos cruzar un arroyo pero el puente no estaba, así que  ponerse en patas y a cruzar caminando sobre las piedras, me mando primero, no sé qué dolía más el agua frizzada o las piedras en la planta de los pies, el agua me llegaba a media pierna y cruce, Gra que llevaba calzas largas se las subió bien y cruzo. A unos mil metros encontramos la ruta, camino de vuelta a la camio y a las empanadas reservadas en la despensa. De nuevo en el camping decidimos cenar pastas en el Restaurante Patagónico (5 tenedores), sobre la Bustillo. Volver por el camino de ripio en una tremenda oscuridad fue un castigo.

El día otra vez igual, sacamos las bicis y salimos a recorrer el circuito chico, la RP74, mitad tierra, mitad piedra en lenta pero constante subida nos llevó al asfalto, a la derecha el punto panorámico, nosotros tomamos hacia la izquierda a Bahía López, subimos y bajamos y llegamos al arroyo del mismo nombre donde un puesto vende café y comidas rápidas, paramos me tome uno, mientras Gra sacaba fotos, seguimos hasta una bajada que nos dejó en la Bahía, deje que la bajada me llevara pero el viento en contra me hacía ir a 10km/h cuando doble a mi izquierda el viento me tiro, apenas tuve tiempo de poner el pie, tal era la fuerza del viento que penetraba por la bahía que era imposible mantenerse parado siempre estabas luchando. Lentamente nos acercamos al amarradero sacamos unas fotos pero no era lugar para tomar unos mates, así que salimos y comenzamos a subir, llegamos a un mirador donde un puestito vendía artesanías y chocolate caliente, Gracias!!!. Seguimos subiendo y llegamos al puente que separa el Nahuel Huapi del Moreno Oeste, donde el viento era más fuerte y luego de las fotos hasta la entrada del Lago Escondido, para encontramos con un cartel prohibiendo el paso de bicis, salimos bajadita y subida hasta la entrada a Villa Tacul, todo en subida. Llegamos al Bosque de Alerces (solo caminantes) seguimos y nos encontramos con Puerto Pañuelo y el Llao Llao que esta allá arriba, era pasado el mediodía y como Gra no se iba a pagar el almuerzo en el famoso hotel, buscamos otro lugar. Ya estábamos en la Avda. Bustillo, una cuadra más y un coqueto restaurante donde el plato del día era “Guiso de Lentejas” y como no quería dejarlas me las comí.
Llegar a la rotonda de entrada a la Colonia fue un calvario, casi todo iba para arriba, PUFF, PUFF, Gra ya me estaba esperando y nos lanzamos en bajada hasta el puente, sacamos las fotos y seguimos para llegar al camino de ripio (nuevas fotos) y por fin el camping. Rápidamente nos cambiamos, ya estaba por cerrar la Feria Artesanal, él Goye de las truchas al disco nos vendió su última porción y la Goye de las empanadas nos preparó media docena entre carne y más trucha, ahora sí con la cena lista volvimos al Dormi, para descansar, bañarnos y estar listos para la comer.
Estábamos aburridos de tanta inclemencia del tiempo, Gra fue a la administración y pagó la estadía, cambiábamos montañas por Mar, Hola Monte Hermoso allá vamos.
Hugo Nacarado
16/02/2014