La Ruta de la Cerveza - Valle de Calamuchita - Córdoba

Me pase meses armando esta Travesía, desde el Google Earth hasta mapas del ACA. Empecemos por la ruta de llegada al Valle de Calamuchita en Córdoba con la Kangoo: Salimos de casa apenas amanecido y pasamos a buscar a Cecilia, cargamos sus dos alforjas y partimos a las 06-AM, San Juan hasta el fondo, Av. Costanera, Cantilo, Gral. Paz y llegamos a la Panamericana. Cuando pasábamos por Zarate armamos el primer mate, en San Nicolás paramos a cargar Nafta y seguimos. Tal como lo muestra el Google la salida a la Circunvalación de Rosario ésta bien señalizada y como me dijeron paramos para volver a llenar el tanque en la OIL que está allí nomas, esta ruta es un desastre y es de una sola mano, hasta que pasas el puente sobre la ruta 36 y por un tramo se hace de dos carriles nuevita con doble demarcación central. La entrada a la Autopista Córdoba-Rosario también es como en el Google. Llegamos al peaje (8 pesos), que corre lejos de la vieja RN9 y no hay nada de nada. Todavía no era el mediodía cuando llegamos a Villa María, paramos en una Shell, volví a llenar el tanque y pregunte. Sorpresa nosotros debíamos seguir por la RP2, pero me informan que es de tierra y me mandan a tomar la RP187 y luego la RP6 que nos llevó hasta Río Tercero donde paramos para almorzar, y luego hasta Embalse, pasamos los Diques y comenzamos un sube y baja que no había calculado tan duro por la RP5, hasta que por fin llegamos a Villa General Belgrano, pasamos la entrada principal y unos metros más encontramos el Camping La Florida. Luego de armar campamento cambiaditos, salimos a conocer la ciudad, tremenda ciudad alemana trasplantada en la sierra cordobesa. Era sábado por la tardecita y el descontrol ya se notaba. Fui tomando nota mentalmente de las cervezas que me llevaría y al hacerse de noche decidimos comenzar con una Picada Alemana en los Pinos con varios Chops de Brunnen y volvimos al camping.
Domingo, a las 6 de la mañana nos despertó la lluvia, media hora después caía torrencialmente, el agua se empezó a colar en la carpa, reacomodamos lo mejor que pudimos las cosas dentro de la carpa y nos reparamos bajo un gazebo con mesas, comenzó a clarear, preparamos unos amargos hasta que comenzó a parar, cerca de las 9 fuimos a ver los daños. En la de Ceci el agua entro bastante, en la nuestra poco, pero las dos estaban sobre un charco de agua. De pronto apareció el Sol, sacamos las cosas y las pusimos a secar. A las once parecía que todo fue una pesadilla un cielo radiante, me puse a armar las bicis, mientras las mujeres se fueron a la panadería, desayunamos y a la pile. Aprovechando el cierre de la pileta, nos fuimos al centro, a Mak Bier, donde nos prometieron Cordero, como era de imaginar comenzamos por la birra (muy rica), hasta que llego el cordero al horno con hiervas, papas, batatitas y zapallo, (muy, pero muy bueno), hablamos con Max el gerente y Maestro Cervecero, cuando salimos del salón climatizado nos dimos cuenta que debíamos volver rápido a la pileta. Cuando se hizo de noche volvimos al centro de VGB, para cenar y ver el espectáculo en la plaza.
Lunes, otra vez, de 8 a 10 de la mañana llovía, paraba y otra vez. Decidimos atrasar la partida un día, nos cambiamos y con la Kangoo nos fuimos a Santa Rosa de Calamuchita, cuando llegamos vimos que si bien estaba nublado, no había caído ni una gota de agua y hacía un calor infernal. Cecilia había comentado su intranquilidad de circular por la ruta, por lo angosta, sinuosa, transitada y sobre todo por las subidas y bajadas. Realmente con las bicis cargadas, se nos iba a hacer difícil aprovechar las bajadas para ayudarnos a subir. Mi idea de ir a Santa Rosa fue la posibilidad de encontrar otro camino, y a quien mejor preguntar que a Tato Medina, un ex-ciclista profesional y desde hace tiempo dueño de una bicicletería, después de recordar viejos tiempos, me dibujo un camino por tierra más tranquilo, pero más largo y lleno de vados. Después de almorzar en la ciudad, volvimos a la pileta, por la tarde caminamos hasta Hoffmeister Haus, una casa de Té y Confitería al costado de la RP5, donde consumimos cosas ricas y compramos el primer porrón para llevar. Por la noche nos despedíamos de VGB yendo al Viejo Múnich, donde tomamos varios porrones y cenamos una picada artesanal alemana, muy rica pero escasani. Una de las mujeres se pidió una HoneyBier pero parece que la puso muy alegre y no paraba de reírse, tanto así que la llevamos a comer un helado para ver si ayudaba a bajar el contenido etílico, cuando llegamos al Camping lloviznaba.  
Martes, amaneció nublado, dejamos la Kangoo bajo unos árboles al cuidado de Ralf y por fin partimos. Habíamos arreglado con Ceci de ir por la banquina, que por allí parecía buena. Llegamos a la entrada principal de VGB, bien y seguimos, llegamos al cartel donde dice que salimos de VGB y encontramos la realidad, cada ciudad cuida sus banquinas, pero entre ciudad y ciudad el pasto estaba largo, lleno de piedras y zanjas. Así fuimos mechando asfalto en las bajadas y cuando teníamos algún vehículo atrás en las subidas nos mandábamos a la banquina. Llegamos a Santa Rosa, en un tramo plano mi cadena dijo basta y se cortó. Tuve que desperdicias tres eslabones y reparé, pero quedo muy corta y no muy segura, así que resolvimos volver a lo de Medina, íbamos viendo que entrada era la conveniente cuando en un zanjón Ceci se cae, por suerte un par de moretones. Cuando termino la reparación ya era el medio día, nos quedamos a almorzar y luego buscamos un lugar con sombre para una siestita. El calor era agobiante fuimos pasando poblados hasta llegar a Villa Rumipal, donde si debíamos entrar y ya circular por dentro costeando el Lago, que fuimos a conocerlo, que por cierto es hermoso. Seguimos pedaleando hasta que el camino se corta, porque un emprendimiento tiene acceso exclusivo al Lago, esto nos llevó a meternos para adentro, donde debimos preguntar varias veces, antes de perdernos. Hasta que por fin llegamos al Camping Municipal de Villa del Dique. Después de dar unas vueltas por el enorme camping encontramos un lugar donde armamos las carpas, nos dimos cuenta la cantidad de casas rodantes que había, muchas vacías. El tener acceso al Lago y estar a poco más de 100km de Córdoba capital, hace que muchos planten la casa y vayan y vengan. Y nos fuimos a conocer su linda playa, aquí han hecho un playón de cemento que se mete en el Lago, y con boyas han logrado un espacio para que se metan los chicos, más allá las aguas son profundas y bastante frías. Nos sentamos sobre un pastito a disfrutar del hermoso paisaje mientras tomábamos unos mates y se pasaba el resto de la tarde. Se hizo la noche y nos fuimos a conocer la calle principal en bici, cenamos pizza y volvimos. Por la noche nos volvió a llover.  
Miércoles, amaneció nublado, las chicas se fueron a buscar algo para desayunar, mientras yo limpiaba y engrasaba a las otras chicas. Parece que la panadería no es el mejor arte de los cordobeses, como hacía calor nos fuimos a desayunar a la playa, mientras fue apareciendo el Sol. Volvimos a la carpa y llego el mediodía, nuevamente se fueron a buscar unas empanadas que habían pagado y nos fuimos a comer otra vez a la playa. Este lugar tiene la particularidad que la orilla de enfrente está cerca y es un cerro que le da una hermosa vista al lugar, mientras pasaba la tarde, después de la siestita y varios baños en el Lago, se podría ver tras este cerro como se formaba una tormenta con truenos y relámpagos, pero allá a lo lejos. Esa noche la cena reservada fue pollo al horno con papas y una cerveza local “Córdoba”, con unas piedras nos habíamos armado unos bancos y a media luz cenamos. Cecilia y Gra se fueron a dormir mientras yo tomaba un café cuando se desato la tormenta. El sobre techo de Cecilia parecía que se volaba en cualquier momento y la nuestra se arqueaba que parecía que se rompía. Mientras ajustábamos los paravientos se largó a llover, una cortina de agua nos caía encima y el agua comenzó a pasar por las costuras. Con todo embalado y apretaditos para no tocar las paredes de la carpa, me quede dormido. El amanecer trajo más lluvia en forma de llovizna, en un momento que paro salimos y nos encontramos con la pobre Ceci, que se había pasado toda la noche secando la carpa por dentro, sentada en el medio. Cerca del mediodía se compuso y comenzamos a sacar las cosas para que se sequen, nuevamente a lo lejos se veía formándose otra tormenta. Aquí fue donde resolvimos cortar la travesía en bici y continuar con la Kangoo, para eso me fui caminando a la terminal de micros buscando un colectivo que me lleve a VGB, mientras ellas me esperaban secando y guardando. 42 pesos me costó el boleto para hacer 40km, por suerte me dejo justo en la puerta del Camping, cuando entro veo que me habían cambiado la camio de lugar y cuando me devuelven la llave me entero que esa noche granizo. Otra vez en Villa del Dique, guardamos todo y mientras viajábamos concordamos en buscar un lugar en Santa Rosa, que es más o menos en el centro de todo. Así fue como conseguimos un depto. en pleno centro con cochera.  
Viernes, nos encontramos con una ciudad, agolpada de pendejada, donde caminar era un acto complicado, comenzamos a comparar las birras del lugar y cómo íbamos a cenar adentro, las puse en la heladera.  
Sábado, con algunas nubes resolvimos irnos a La Cumbrecita, tomamos la RP5, y doblamos en el acceso, la ruta es un continuo zigzag con subidas y bajaditas, pasamos varios ceritos y valles, hasta llegar a Inti Yaco, donde hay una subida muy pronunciada y luego de pasar la rotonda de Villa Berna otra muy dura con curvas y contra curvas muy cerradas, difíciles y veníamos en bici y cargados, la mayoría la hubiésemos caminado. Luego de la última trepada una curva a la derecha y llegamos a la entrada, aquí hay que dejar los autos, previo pago de $50, tenes acceso al estacionamiento y a que una combi te lleve al pueblo. Hermoso y pintoresco pueblo de montaña, que te hace pensar que estas en suiza, lleno de lugares para comer y para comprar, las calles van acompañando a la sierra y subiendo y bajando llegamos a la Olla, lugar donde cae un chorro de agua en forma de cascada y se formó un pozo muy profundo todo con agua de deshielo, muy pero muy fría, para luego continuar en río. Un lugar muy pintoresco donde el municipio construyo unos bancos y donde nos sentamos a matear. Entre mate y foto iba pasando la mañana, hasta que se encapoto y comenzó a pispiar, la gente reunida comenzó a salir disparada y nosotros también, a medida que íbamos pasando las callejuelas la llovizna se transformó en lluvia, entrando justo a un restaurante que ya habíamos elegido cuando comenzó en diluvio. Plato del día para mí, costillitas de cerdo con papas, para las chicas ensaladas y para todos, degustación de Brerg Bräu, la cerveza local, mientras las chicas le daban al postre yo pensaba como bajaríamos con semejante diluvio. Varias horas después paro, pero las nubes seguían, comenzamos la salida, y resolvimos ir por el camino de Villa Berna hasta Los Reartes, que según nos contaron recién pavimentado. Llegamos a la rotonda a para allí seguimos luego de varias calles en bajada el cartel de entrada a la Villa y se terminó el asfalto, seguimos buscando la villa, veíamos alguna que otra casa detrás de una arboleda hasta que llegamos al cartel de despedida de la Villa. Y la Villa donde esta??. Quisieron seguir y lentamente por el terrible estado del camino fuimos pasando varios emprendimientos en el medio de la nada. Cruzamos un vado (mi primer vado) y llegamos al pavimento en la ruta Los Reartes-VGB, y para allí doble en el preciso momento que comenzó la lluvia, a medida que avanzábamos para VGB la ruta estaba abnegada por el agua, pensé en parar y aprovechar para comprar las cervezas pero llovía a cantaros, salimos a la RP5 y tomamos para Santa Rosa, en esos 10km la lluvia paro y cuando llegamos nos encontramos con una ciudad totalmente seca, porque allí nunca llovió.
Domingo, día de recambio decidimos caminar por el costado del Río Santa Rosa. Me llevaron a la rastra, río arriba y río abajo, de una punta a la otra de la ciudad, por suerte las pude hacer parar en un chiringo, donde picamos un choripán y nos gratificamos con otra Córdoba, volví con un dolor de gemelos insoportable. Esa noche Gra se mandó su receta más mentada, “arroz con pollo”, como siempre riquísimo.
Lunes, día de conocer Los Molinos. En el mapa figura un lugar llamado La Merced, cuando quisimos entrar resulta ser un complejo privado de un gremio, lleno de seguridad. Pedimos permiso, nos dejan pasar a conocer, es como un country con capilla y súper. Seguimos y nos encontramos con la represa Los Molinos, sacamos las fotos, seguimos y encontramos el cartel de Villa Ciudad América, seguimos hasta encontrar el cartel “Acceso al Lago”, por un camino de tierra poco utilizado llegamos, el lugar era bastante agreste y sin casas ni nada a la vista. Bajamos a caminar, encontramos el camping donde debíamos alojarnos si seguíamos en bici, bastante abandonado, el lugar parecía bastante deprimente, en la orilla de enfrente se veía más vida, dimos vuelta con la Kangoo y sin querer estábamos otra vez en la ruta y salimos de V. C. América y encontramos “Potrero de Garay”, con casas realmente importantes y accesos privados al Lago, varios complejos de cabañas y dúplex y una bajada a la playa muy grande y cuidada. Dejamos la camio a orillas del Lago, más allá un grupo de gente había bajado una lancha y una moto de agua y hacían piruetas. Gra probó la temperatura del agua y luego nos pusimos a tomar unos mates y a tomar Sol. A unos metros sobre la orilla se vea un complejo tipo boliche bailable que resultó ser un parador donde almorzamos, rico y barato, el lugar tenía hasta pileta para uso de los clientes. Comenzaron a aparecer las nubes y corría un viento bastante frio. Y decidimos seguir camino, siguiendo ahora si por el asfalto nuevo de este lado del Lago fuimos dejando éste atrás hasta llegar a la intersección, donde días antes tomamos la ruta viniendo de Villa Berna. Nos encontramos con Los Reartes, que antes en medio del diluvio ni vimos. La chica de informes nos atendió muy bien y bajamos al Balneario sobre el río del mismo nombre. El Camping es abierto, a continuación el Balneario donde por varios pesos te alquilan todo, mesas con bancos, parrilla y uso del baño. Nosotros a orillas del rio volvimos al mate hasta que el Sol se fue y emprendimos el regreso. Como esta ruta lleva a VGB, aproveche para hacer la tan mentada compra de birritas, dejamos la camio donde pudimos y comenzamos el tour, íbamos de negocio en negocio hasta llegar a Casa Juan donde compre 22 porrones y me dieron una caja, evidentemente así no podíamos seguir caminando porque además de estaban las bolsas de alfajores y mi nueva remera. Traje la Kangoo mientras Gra y Ceci me esperaban en un banco y cargamos todo y ahora si volvimos a Santa Rosa.
Martes, nos faltaba conocer La Cruz y para allí salimos, tomamos para Embalse y por una ruta que pasa frente al complejo vacacional creado por Evita en los ’50 y por la Central Nuclear Embalse. La Cruz un poblado muy bien organizado con calles de tierra pero cuidadas, en el río del mismo nombre hicieron un embalse y formaron un piletón con lecho arenoso. Aquí también te alquilan todo, pero como era martes nadie nos pidió nada, el día estaba hermoso nos metimos en el agua y luego almorzamos en una parrilla. Ya tarde se volvió a poner feo y partimos.  
Miércoles, como no íbamos a salir me pase en día organizando las birras para que lleguen sanas a casa, y luego ordenando todo en la Kangoo, cada vez voy mejor, pude poner las bicis completas, la caja de birras, aislantes y bolsas de dormir y varias cosas más, todo atrás, dejando los asientos vacíos para las alforjas de ropa y las bolsas con las compras. Las mujeres salieron y entraron varias veces, por la tarde se fueron a una Feria Artesanal y cuando salimos a comer la pizza de despedida ninguna quería cenar, solo me acompañaban y como el lugar estaba repleto con muchas personas esperando su turno, compramos una en un delivery y nos fuimos al depto. donde cene solo con la última birrita fría que quedaba.
Fin
Hugo Nacarado - enero 2013