CON LA CAMIO POR LAS PLAYAS DE RIO NEGRO



Ciclísticamente el 2011, fue para nosotros un año de mierda, para febrero después que volvimos de Pehuenia, Gra comenzó a sufrir una artrosis en el hombro derecho que la hizo bajarse de la bici y la llevo a una operación que recién le permitió volver a subirse a principios de diciembre.
Con semejante año, los planes de hacer una travesía este verano, quedaron en los papeles. Pero como algo hay que hacer, resolvimos realizar una travesía pero con la nueva Kangoo, hacia playas donde es difícil llegar en bici, como el circuito de Río Negro.

*Salida
El 10 de enero, salimos de casa con destino intermedio de Monte Hermoso, donde pararíamos unos días para aclimatarnos. Como era de esperar después de pasar una noche de casi 30º, el pronóstico de lluvia en el viaje, se cumplió. Llegando a Azul el cielo se puso negro como la noche y se largo un diluvio, que duro muy poco, pero nos sirvió para probar la Camio en esas circunstancias. Para cuando llegamos a Monte estaba apenas nublado, nos dirigimos directamente al Hotel Saúl, nuestra base en anterior visita. Dos días fueron suficientes para ya estar arrebatados por el sol y habiendo disfrutado de las playas y los churros de esta hermosa ciudad, decidimos partir. Era época de crisis de combustible y después de más de una hora de cola, logramos que nos vendieran 100 pesos pero de nafta Premium, la más cara.

*Desierto, Mina y Playas
Para evitar la colita de la Provincia de Buenos Aires, el camino más directo es desviarse después de Bahía Blanca hacia la Pampa por la RN33 y cruzar el desierto por Rio Colorado y desde allí desviarse hacia la costa por la RN251 a San Antonio Oeste, empalmando nuevamente con la RN3 y de allí directo a Sierra Grande y el desvió a Playas Doradas, nuestro destino.
Buscando una estación de servicios, sin darnos cuenta entramos al centro de Bahía, donde pudimos llenar el tanque y nos informaron como salir, debimos volver a preguntar varias veces hasta ubicar la ruta deseada.
Durante el trayecto constantemente iba mirando el marcador de combustible y tratando de no excederme en la velocidad para no incrementar el consumo. En Río Colorado pudimos llenar el tanque y al entrar a la RN251 comencé a subir la velocidad a 140-150km/h, ya que íbamos solos, esto hizo que el medidor bajara también velozmente y al llegar a la última rotonda donde debería estar la estación de servicio, y verla en refacción hizo que en vez de tomar el desvío a la RN3 entre directamente a la ruta que lleva a Las Grutas.
Muy gentilmente en la oficina de informes del balneario, llamaron a una estación en mi camino, para verificar la existencia de nafta y me indicaron como llegar. UFFF, con la tranquilidad de tener otra vez con el tanque lleno, llegar a Sierra fue un trámite, habíamos visto en la ruta varios carteles de publicidad de este balneario pero una vez en Sierra, no había indicios y debimos pedir ayuda.
Tras 8km de asfalto y 22km de desastroso ripio con serrucho llegamos por fin a Las Playas Doradas.
Pequeño poblado en formación, con un hotel, muchas casas y deptos en alquiler y dos camping, varios almacenes, algunos restaurantes, y una heladería-café, son la escasa infraestructura, pero con unas playas extraordinarias de agua cristalina y cálida. Y las famosas MAREAS que afectan a todo Río Negro.
Gra como no podía ser de otra forma, inmediatamente se puso a estudiar el tema, haciéndose una experta en mareas, sabía perfectamente a qué hora se cumplía la pleamar y cuando la bajamar, así sabíamos si teníamos que caminar 3 cuadras para llegar al agua o la teníamos allí nomas.
Nos quedamos en el Camping UNTER, donde todos armaban carpa pegado a la pared medianera por los vientos, que que por suerte no sufrimos.
Nos comentaron que pasando el muelle de la antigua Hipasam (La ex-minera de hierro, hoy MCC, de capital Chino), había un camping abandonado hace mucho tiempo con unas playas hermosas, así luego de desayunar nos fuimos con la Camio por un camino de ripio arenoso, llegamos al muelle de embarque y a la cementera pasamos las casitas de los trabajadores y encontramos lo que fue un camping muy bien puesto con un estanque australiano como piscina con escalinata de lajas y mucha arboleda, un largo camino llevaba al mar, pero decidimos volvernos por lo abandonado del lugar.
De camino al pueblo entramos por varios senderos hacia la playa, pero en todos los lugares las restingas hacían imposible llegar hasta el agua.
Volvimos a la Dorada disfrutando todo el resto del día. Cuando volvimos al camping este se estaba superpoblando, después de pasar tres días a puro sol, playa, mate y churros, resolvimos seguir el camino.

*Las Grutas (¿Playas?)
Salimos al desastroso serrucho, a una velocidad tranqui y llegamos al asfalto y a la RN3, nos metimos a una YPF y luego de una interminable cola nos volvieron a cagar y debimos llenar el tanque con la súper cara PREMIUM.
Un viento de cola nos hacia ir bien rápido y así llegamos a Las Grutas, que también estaban súper pobladas, en el centro de información encontramos a un señor que nos ofrecía un depto por tres días a razón de 300 la noche; según Gra que lo visito el lugar era medio deprimente y a unas 10 cuadras de ripio del mar, en el listado que nos habían dado vimos otro por la misma plata y con vista al mar, pero el dueño solo podía alquilarnos por un día. Ya nos estábamos yendo cuando el dueño llamó a un amigo y consiguió que este nos alquilara por los otros dos, también con vista al mar, frente a la bajada "La Rinconada", donde empiezan las Grutas.
Bajamos los bártulos y cruzamos para conocer esta muy reconocida playa. Nos recibió una muy buena pasarela, mitad cemento, mitad madera, que se convertía en escalinata y bajamos hasta unas piedras, a la derecha el parador que da nombre y a la izquierda una terraza sobre la duna que se usa para tomar sol, como para la pesca cuando el mar esta crecido, justo como en ese momento. Luego de ver a toda la gente amontonada nos fuimos a comprar la comida.
Balneario: integra el Golfo de San Matías, con una extensión mayor a los 5km de playas están cercadas por dunas de rocas de arena solidificada y al producirse la pleamar las olas rompen sobre estas, cuando se produce la bajamar dejan al descubierto una playa de más de 1 km., en su mayoría cubiertas de Restingas (resto de las rocas enterradas a ras y por efecto del agua de mar, muy resbalosas), para pasar esta cadena rocosa se han realizado varias bajadas.
Luego del almuerzo y una siestita, con la Camio nos fuimos más al centro parando en la Bajada "La Rueda", a pie descendimos el tobogán, el mar se encontraba en bajante pero todavía llegaba hasta las rocas. El espectáculo era alucinante, la gente sentada en sillas o reposeras, todavía comiendo, los chicos correteando por el agua, mientras ésta golpeaba a la gente y cuando se retiraba se llevaba lo que encontraba suelto: ojotas, ropa, comida o restos de comida, mientras se producía un gran bullicio y la gente trataba de recuperar sus cosas. Como era bastante tarde dejamos este espectáculo, bastante dantesco y en la primera escalera subimos volviendo a la
Camio, como quería conocer el centro, por una calle interior entramos a la Avda. que lleva a la publicitada "Bajada Dos", donde llegamos caminando, una tremenda rampa de cemento da acceso a la playa, a la derecha un parador impresionante de 2 pisos y balcón pintado de verde, la bajamar se estaba produciendo dejando ver el agua allá a lo lejos y una multitud disfrutando de la arena, aunque con un cielo nublado y posibilidades de lluvia. La calle daba acceso al conocido Crown Hotel-Casino y una infinidad de comercios gastronómicos y el comienzo de la peatonal, larguísima calle llena de negocios y de gente que desemboca en un shopping, comenzamos a pasear, descubrimos cerveza artesanal que compramos y regresamos al depto para cenar.
Durante la noche estuvo lloviznado y amaneció peor, debíamos cambiarnos de depto, volvimos a cargar a la Kangoo y cargados fuimos a conocer "Piedras Coloradas" por un camino de ripio y arenilla con fuertes subidas y bajadas. El balneario tiene a su izquierda unas casillas humildes, vivienda de pescadores, su playa es limpia cortada en dos por unas Piedras Coloradas (formaciones rocosas son del período precámbrico), que dan una imagen particular al lugar, un parador cerrado (por el clima ¿?), otro en construcción, más allá de la piedras una hilera de sombrillas de paja muy caribeñas y un kiosco. Lamentablemente el día no ayudaba y el lugar solo estaba concurrido por visitantes pasajeros como nosotros.
Mareas: Según Gra que me explico la cosa, es más o menos así, cada 6 horas el mar se mueve para arriba y para abajo, produciendo las mareas, el agua comienza a retirarse de la costa y luego de 6 horas llega a su punto más bajo (bajamar), se queda así entre 20 a 30 minutos según el viento y vuelve a subir tardando otras 6 horas en llegar a su punto más alto, ósea pleamar, esto hace que un día por la mañana el mar este aquí nomas y al otro día por allá a lo lejos. Muy complicado para el turista.

Volvimos a Las Grutas, seguimos hasta la Bajada, "Terrazas al Mar", por el complejo habitacional, y caminamos por la playa, a lo lejos se veía otras playas que parecían buenas, pero estas se encuentran dentro de una Reserva Acuífera y Ambiental, y una señorita Guarda Fauna no permitía el paso. Luego de mudarnos y almorzar, cruzamos a la Bajada "La Rinconada", pudimos apreciar que cuando sube el mar tapa 7 escalones de la escalera, pero al estar bajo descendimos y nos sentamos sobre unas piedras a tomar resolana y a matear. Volvimos al centro pero esta vez, más lejos y por la avda costanera dejamos la Camio casi en la puerta del Casino. El tiempo había mejorado y bajamos a la playa en "Bajada Dos", fuimos caminando hasta el agua a 100 metros y nos encontramos con una mar roja, producto de las algas, hasta unos 5 metros de la orilla, después el agua se tornaba verde y más adelante ya tomaba su color normal. En todo momento recibías una oleada tibia y al rato una oleada fría (no tan fría como Mardel), el efecto era relajante y placentero. Así estuvimos un rato hasta que Gra vio a un Prefecto (las playas están bajo el control de Prefectura), y se acerco a preguntar. Éste nos explicó que las algas por efecto de la bajamar se queman al sol y al subir las trae a la costa. También nos comentó que el no creía el cuento de la marea de Brasil, que el agua se calentaba por efecto de un volcán submarino en el Golfo. Después de escucharlo por bastante tiempo decidimos tomar un café en el Parador Verde. Y luego nos fuimos caminando a la peatonal, en el shopping nos encontramos con comida mejicana y le entramos a unas fajitas y a unos tacos y nos fuimos al depto.
Otra vez amaneció con ganas de llover, volvimos a "Las Terrazas del Mar", para tomar unos mates y mientras charlábamos con otros turistas se nos hizo la hora de almorzar, aproveche el tiempo y le di una lavada de cara a la Kangoo, que aparte de la sal y la tierra también recibió cenizas del puto volcán chileno y volvimos al centro para despedirnos de este Alucinante lugar.

*Más playas y Conchillas
Destino a San Antonio Oeste (SAO), apenas 16km. La calle principal que nos llevo al mar, a un parador todavía cerrado y a unas sombrillas caribeñas, pero con playa de canto rodado, estábamos en Punta Verde, el cielo anunciaba lluvia, solo una señora tomaba resolana, a lo lejos se veía el humo de dos chimeneas de una empresa de productos tóxicos, preguntamos por el balneario La Mar Grande, que figuraba en los planos y nos indicaron un camino arenoso hacia Las Grutas y totalmente desolado, que no nos invito a recorrerlo. Llenamos el tanque en una EG3 y nos cruzamos a San Antonio Este (SAE), 60km, antes de entrar pasamos por la enorme playa Las Conchillas y seguimos, SAE es un puerto de aguas profundas por donde sale y entra infinidad de conteiner, su población es muy escasa, apenas unas casa y 4 ó 5 restaurantes para los choferes de los camiones y para la tripulación de los barcos, fuimos hasta un mirador donde había un camping, también con sobrillas caribeñas y nos volvimos para hacer camping libre tras los médanos en Conchillas, donde habíamos visto varias carpas y casas rodantes, encontramos unos tamarindos que nos cubría del supuesto viento del mar y armamos la carpa, para llegar a la playa había que cruzar un médano de más de un metro de alto, de restos de caracoles y en la cima te encontrabas con unas playas interminables de agua limpia.
A lo lejos veíamos como se juntaban autos y la gente bajaba a disfrutar, quedándose cerca del parador Los Caracoles, único en el lugar. Al mediodía el cielo se había limpiado y el sol pegaba a pleno, caminando fuimos a probar suerte con el parador. El plato de rabas que cominos estaba tan rico que repetimos.
A la vuelta, nos sentamos a la sombra en muestras reposeras y Gra preparo café y nos dormimos una siestita.
Como a las 17hrs volvimos a la playa y cuando se estaba haciendo de noche nos llegamos hasta SAE para cenar, volvimos a la carpa, no sin antes disfrutar de un hermoso cielo estrellado y nos acostamos a dormir.

*El camino si, el camino no, mejor El Cóndor
Las Conchillas es un lugar para quedarse unos días, pero sin servicios es hincha bolas, bañarse en el mar y no sacarse la sal es para chicos. Volvamos a la civilización.
Originalmente desde aquí, tomaríamos la ruta de la costa conociendo playitas perdidas, pero el camillero de la salita en SAE, nos informo que a 70km la ruta estaba intransitable para autos comunes, la duna avanzó sobre el camino de ripio y no tenía noticias de que la hallan limpiado. Con esta info salimos a la RN3 con destino a Viedma, la futura Capital del país, junto a Carmen de Patagones, así lo decreto Alfonsín, o ya quedo en la nada, no sé. Entramos con la misión de llenar el tanque, por las dudas y luego dirigirnos hacia El Cóndor, en la YPF nos mandaron a la Petrobras y allí nos atendió un muchacho vestido con ropa de YPF, Non entendo.
Nos metimos por la costanera del Río Negro, encontrando un barrio muy paquete, con hermosas casonas, hasta llegar al puente del viejo Tren Patagónico y desde allí tomamos la ruta al Balneario.
Traspasando la arcada de entrada encontramos, una calle muy tranqui, con una gran plaza a nuestra izquierda y casas a la derecha, unas pocas cuadras pasando la poli y algunos mercaditos y llegamos a la rotonda con la avda costanera y la playa. En este lugar la playa es inmensa y apenas si se puede ver el agua, a lo lejos hay un parador, y para llegar tiene 2 ingresos de autos hasta ese parador. Era pasado
el mediodía y el lugar recomendado para almorzar fue precisamente el restaurante del camping Los Trentinos, que tenía un lugar justo para nosotros, dejamos la Kangoo en el lugar de la carpa y nos abalanzamos al comedero. Más satisfechos, armamos y decididamente nos fuimos a conocer las playas, que en este lugar no son tan anchas, plantamos sombrilla, dejamos las reposeras y la bolsita matera y al agua. Todo estaba en su justa medida, ni tan lejos y tan cerca, bastante cálida, limpia de algas, disfrutamos de unos mates con las donas de Homero, hasta que se nublo y comenzó la llovizna que al rato se transformo en lluvia y salimos corriendo, mientras en el horizonte los rayos caían al mar. Llegamos cuando la lluvia paso a torrencial y nos protegimos dentro de la Camio, viendo como el camping se llenaba de agua y rogando que nuestra carpa se hallara en una zona alta. De pronto comenzó a granizar, pequeña pero constante, no muy convencido corrí la Camio más abajo de los arboles, pues el viento arreciaba y eran eucaliptus. Al poco tiempo paro, quedando una llovizna molesta y salimos de la Kangoo para ver los destrozos, nuestra carpa resistió, solo algunos sectores estaban húmedos, nada que ver con otros acampantes donde el agua les había ingresado, mojando todo lo que se encontraba dentro de la carpa. Gra se fue a comprar fiambre y bebidas, mientras yo arme la soga para colgar las bolsas de dormir un poco humedas y ya de noche a dormir.
Amaneció con viento norte y encapotado, nos fuimos a matear a la desembocadura del Río Negro en el mar, una playa de arena impresionante llenaba el lugar, dimos una caminata y protegiéndonos del viento detrás de unos gigantes tamarindos, pasamos la mañana, no fuimos los únicos en elegir este lugar, constantemente llegaban autos, de golpe el cielo comenzó a limpiarse y el calor subió, era el mediodía y hora de volver al camping.
Luego de unos sándwich volvimos a la playa, volviendo a matear con las donas. Esa noche se largo una tormenta con lluvia que nos sacudía la carpa y nos mojo los toallones que quedaron a la intemperie, una razón más para emprender el regreso.

*Monte el lleno, pero hay que hacer cola
Ahora hicimos la colita de Buenos Aires, cruzando a Patagones, en un rápido trámite entramos nuevamente a Monte Hermoso, nuestro salto a casa. Fuimos a nuestro hotel, pero estaba lleno, nos enteramos que la temporada estaba a full, luego de mucho girar llegamos al camping YMCA (Asociación Cristiana de Jóvenes), había lugar para acampar con “baño privado” por 155 el día, nos dieron la llave del baño 2, y armamos la carpa, nos inflaron el colchón y a gozar de los privilegios, agua caliente gratis, reposeras en la playa, salvavidas personal, cajas con juegos, actividades para todas las edades, venta de bebidas y galletas en la playa firmando, sin pagar en el momento, etc., etc.,. Los tres días que nos quedamos no ayudaron, un tiempo complicado. Por suerte después de hacer una cola de casi dos horas logramos llenar el tanque y al día siguiente volvimos.
FIN