VACACIONES EN SAN RAFAEL - (FEB/2002)

Estaba el grupo comiendo una parrillada, un hermoso domingo de octubre de 2001, cuando Ruben me dice: -¿Hugo, por qué no organizas para el verano una travesía por el Cañón del Atuel, que dicen es sensacional?-
Con los cacerolazos, la devaluación y la crisis el pobre Ruben fue el único que no pudo viajar. Y así fue que el 2 de febrero Mari, Jorge, Tere, Sergio, Gra y Yo, llegamos a San Rafael vía Expreso Uspallata, donde nos reencontramos con nuestras bicis que habían llegado algunos días antes.
El lugar pensado para alojarnos era El Albergue Deportivo y Camping, donde nos ofrecieron una habitación con camas superpuestas para todo el grupo. Desempacamos rápido para salir a recorrer la ciudad, llamándonos la atención sus acequias especies de zanjas por donde corre el agua pura y cristalina del Diamante y el Atuel, siendo utilizadas para el riego y mantenimiento de la arboleda de la ciudad.
Los Reyunos y El Tigre
Desayunamos y salimos buscando la ruta 143, sorprendiéndonos encontrar una bicisenda a su izquierda, construida para los operarios de las bodegas que al poco tiempo cruzamos, primero Sutter y más adelante Bianchi, debimos ser fuertes para no tentarnos y poder llegar al Cristo de las Paredes donde tomamos la ruta 150 a Villa 25 de mayo, localidad donde encontramos los restos del Fortín (1805) que dio origen a los poblados en esta zona. Continuamos por el camino a los Diques hasta el desvío a Los Reyunos, allí estaba la primera subida que entre el Sol, el calor y la pendiente fue más fácil y rápido subirla caminando.
Paramos en el Dique a tomar agua de una canilla donde el custodio gentilmente nos dejo cortar por la Administración evitando el camino de sube y baja por el cauce seco del río. Cien metros delante en el camping paramos para almorzar, reparar las primeras pinchaduras y gozar por unas horas de las cristalinas aguas del Lago.Cuando bajó un poco el Sol continuamos viaje, el camino asciende por la montaña sobre piso de ripio y piedra, hasta un túnel y desde ahí una tremenda bajada hasta la puerta misma del Club Náutico y Pesca Los Reyunos, el complejo tiene casas de fin de semana, cabañas, restaurante, proveeduría, camping y además es el único lugar para quedarse, ya que cuentan que un derrumbe corto el resto de la ruta.
Era medianoche cuando el movimiento de la carpa nos despertó, las ráfagas eran tan fuertes que hacían peligrar la estabilidad de las carpas, como la mía se hallaba cerca de unos árboles opte por atar los vientos a los troncos.
Apenas amaneció la pregunta era como salimos de aquí, quien se anima a subir esa cuesta. Por suerte habíamos visto en el muelle un catamarán, así que dos tuvieron la misión de averiguar si nos llevaría a lo largo del Lago hasta el otro camping, por las dudas otros se acercaron hasta el dueño de una camioneta.
Mientras almorzábamos llego la respuesta, el catamarán nos pasaría a buscar por la orilla a las cuatro y media de la tarde. Ante la mirada de los demás acampantes, subimos las bicis cargadas preparándonos para disfrutar de una travesía lacustre de hora y medía por este hermoso Lago, producto de la mano del hombre. (Ojo nos costó $20 por cabeza).
Llegamos al Dique y salimos a la ruta que ahora para nosotros era en bajada, para estar en 20 minutos en la puerta del camping El Tigre, con tiempo suficiente para recorrerlo y contemplar la puesta del Sol y a la noche disfrutar de la suculenta cena preparada por Mari y Jorge.
El Nihuil
Nuestros ruegos dieron resultado, amaneció fresco y nublado, ideal para realizar nuestro día más difícil. Desayunamos con pan recién comprado y salimos tranqui, a los pocos kilómetros una brisa a favor elevo nuestra velocidad a más de treinta, desandando rápidamente el camino hasta la entrada a 25 de Mayo.
Tomamos la ruta al Dique Galileo Vitali continuando para tomar la ruta 144, en esta los carteles indicaban Nihuil, Las Leñas, Malargüe, todo muy lindo pero a los pocos kilómetros nos topamos con la Cuesta de los Terneros, una subidita en caracol que nos costó bastante superar, para llegar a la cima y encontrarnos con la NADA, la vista se perdía en el horizonte siguiendo la línea de la ruta y a ambos lados el desierto, solo arenilla y coirón, un rato después nos largamos en el descenso.
Miro la compu 60, 65, el viento cruzado me mueve la bici y decido no pasar esta velocidad, tiempo después la bajada se termina y a pedalear y sigo pedaleando para que adelante nada cambie, siento que me adormezco, me tiro agua en la cabeza y así una hora, dos hasta que a lo lejos se ve una mancha blanca, SI, es el parador El Desvío donde entramos como almas que lleva el viento, directo a la barra y al baño, más frescos decidimos quedarnos unas horas aprovechando para almorzar. Mientras a la sombra fumo un pucho veo en el cartel nuestro destino: Nihuil 22 km.
Tomamos el desvío para seguir en medio del desierto, lo único que cambio es el estado deprimente de la ruta. Una hora después localizamos el cartel de entrada a la ciudad, el camino desemboca en el Dique, cruzamos por un puente en la búsqueda de algún camping lo suficientemente decente. Lo hallamos en la orilla del Lago, Camping El Nihuil, mientras preparábamos unos amargos se nos acerca el dueño para ofrecernos unas tortitas recién horneadas y mientras las degustábamos nos ofrece cenar chivito al horno de barro.
Nada mejor que un rico vino patero con chivito para celebrar el día de pedaleo, luego una caminata por el poblado y a dormir.
Como teníamos varias pinchaduras que arreglar y amaneció hermoso decidimos tomarnos el día para lagartear en la playa del Lago.
El Cañón del Atuel
Apenas salimos al camino lo normal, -¡¡¡ PINCHE !!!-, grita Sergio, ya teníamos ranking: Sergio 4, Mari 2 y Yo 2, los demás por ahora zafaban.
Con tanto polvo se nos hacía difícil avanzar, luego de una lomada se dobla a la derecha para comenzar una bajada en caracol de 100 metros de desnivel y encontrarnos con la margen del río, ¿¿¿QUÉ RIO???. Si apenas vemos un pequeño arroyito que baja el Cañón. ¿¿¿Con tanta agua allá arriba y tienen las compuertas cerradas???.
Seguimos bajando hasta la Usina 1 y al asomarnos vemos un torrente de agua que pasa por las turbinas, ¿¿Y ésta de donde salió??, nos preguntamos todos, seguimos a la Usina 2 y otra vez el agua que vuelve a aparecer, pero cuando llegamos a la Usina 3 se revelan todos los misterios, el cartel nos informa que el Río Atuel luego de la represa El Nihuil baja entubado volviendo a la superficie antes de cada Usina y otra vez al tubo, para poder mantener el flujo y la presión del agua.
Mientras pedaleamos los últimos kilómetros que quedan para encontramos con las cabañas y dar por terminado el día de pedaleo, comentamos lo increíble del camino, encajonados por montañas en el fondo de un surco en el medio de la tierra, donde se puede apreciar las distintas capas rocosas con diversas formaciones y plegamientos, algunos tan extraños como el sillón de Rivadavia.
Toda la zona es de derrumbes y nos cuentan que tiempo atrás una roca cayó justo sobre el techo de una de las cabañas destruyéndola por completo, dejándonos tan perplejos que nos pasamos varios minutos estudiando la ladera de la montaña tratando de descubrir la roca que se iba a caer sobre nuestras cabezas mientras dormíamos.
Valle Grande
Apenas volvimos al camino nos encontramos con la triste realidad, hay que volver a subir el desnivel, no sé si fue el calor, el Sol o qué, pero esta fue brava para mí por lo menos que soy el que escribe y una vez en la cima fuimos de montaña en montaña hasta llegar al Lago.
Aparecemos por arriba y por un camino de cornisa bajamos pasando un camping y una confitería, en el lago vemos gente navegando en lancha y catamarán. La indicación es tomar una loca bajada asfaltada y en caracol para encontrar el cauce del Río. ¡¡¡ Y QUE RIO !!!.
Vamos directo al Camping Condori que es del mismo dueño de las cabañas, apenas llegamos ya nos venden una travesía de rafting.
Esta zona es muy conocida como lugar de Turismo Aventura, donde se puede hacer Cañoning, Rappel, Montañismo, Cabalgatas, Trekking o Rafting como nosotros.
Al día siguiente mientras Tere y Sergio se fueron para hacer Rappel los demás aprovechamos que el día estaba hermoso para irnos de picnic buscando algún lugar perdido en las orillas del Río. Cuando nos juntamos esa noche festejamos con un asadito hecho por las manos de Sergio. Mientras comíamos contemplábamos la experiencia de ver como del otro lado de las sierras refucilaba, mientras sobre nuestras cabezas el cielo se presentaba totalmente despejado.
Regreso
Salimos bordeando el Atuel, pasando campings, cabañas y complejos turísticos, cuando escuchamos: -¡¡¡PAREN !!!-, nos damos vuelta Sergio esta sobre la banquina, retrocedemos para ver que ahora rompió cadena. -este chico necesita urgente una planta de ruda-, dice Gra.
Salimos nuevamente al desierto, una larga recta nos esperaba, luego de varias curvas por fin aparecen los Alamos protegiéndonos del Sol, seguimos hasta que por una serie de puentes llegamos a la Av. Ballofet entrada de San Rafael.
Regresamos al Albergue para pasar la noche y dar por terminada esta travesía, algunos se irán con destino Junín de los Andes, otros nos quedaremos para visitar Las Leñas pero esa es otra historia.
Mientras sacábamos las alforjas, la bici de Tere quedo totalmente en llanta y nos dio el pie para armar el ranking final: Tere 5, Sergio 4, Mary 4, Yo 3, Jorge 1, Gra 0 (la única con anti pinchadura).

Por Gra y Hugo
grayhugodeviaje@yahoo.com.ar
FIN

1 comentario:

Unknown dijo...

Excelentes consejos. Los anotaré. Necesito viajar. Viajando las relaciones cobran otro significado. Aprendes a valorar a aquellos que están lejos y todo se vuelve más intenso con tus nuevas relaciones, empezarás amistades que durarán toda la vida y si eres afortunado de enamorarte viajando lo harás como si fueras adolescente una vez más.
Fuente: travel to galapagos islands from us