TRAVESIA DE MONTEVIDEO A... (FEB/2009)


Sábado 31/01/2009
Del momento en que nos invitaron a participar, nos pareció una travesía rara. Se sabia la fecha de largada pero no la de llegada y menos los puntos en donde pernoctaríamos, recién en los días previos, se pudo armar un organigrama tentativo. Las Girls & Bike o Fem en bici, Mariana, Lucia, Mariangel y Mónica de Morón (Moni), como se autodenominaron tenían varios objetivos, todas amigas de Marian a las que se unió Moni de La B (Mónica del barrio de la Boca), que viajaría con nosotros, pero sin bici, encontrándonos en determinados lugares y también Pablo que hasta último momento no sabíamos si subiría al barco. Y faltaba un integrante de los URUBIKE, ciber-amigo también de Mariana quien nos acompañaría hasta Atlántida.
Llegado el momento Marian mando un mail con los horarios del tren indicado y todos concordamos en tomarlo, menos Lucia que iría pedaleando.
Con una noche espectacular llegamos a la estación del tren, Lisandro de la Torre, encontrándonos con Moni de La B, Gra que saca boletos, el tren que viene y subimos en el último vagón. De los demás nada. Vía sms nos enteramos que estaban también en el tren pero en el 1º vagón. Ufsss menos mal.
Tigre, en un periquete ya estábamos pasando emigraciones y al barco. Nos quedamos en la planchada de popa viendo como acomodaban a las bicis, y decidimos quedarnos afuera porque adentro hacia 5º bajo cero, nos ponemos en marcha y allá vamos país “Natural”
Llegamos con Gra somos de los primeros en bajar, me acerco a preguntar si retiro las alforjas antes de pasar inmigraciones y al ver el encargado que somos los ciclistas nos saca las tarjetas y con las alforjas en la mano nos saca recinto para entregarnos muestras bicis.
Nos acercamos al micro que nos llevaría a Montevideo y al responderle que eran 7 bicis nos indican que nosotros subamos al 1º micro. El resto de las Girls & Bike en medio de la cola.
Terminal Tres Cruces, una media hora tardo el 2º micro con el resto de las chicas y Pablo, en el mismo momento que apareció Ernesto y Alberto de URUBIKE.
El día se había estropeado y rápidamente comenzó a pispiar, con la recomendación de Ernesto y su guía llegamos a la Nueva terminal de Trenes de Montevideo, un edificio súper modernoso con vidrios azulados en la zona portuaria y en medio de un predio semi abandonado y derrumbado. Ernesto y el funcionario encargado tienen una conversación en la que no intervenimos y aceptan llevarnos (el tren que partía no tenia furgón y era pequeño).
Comenzamos a caminar por el anden y vamos pasando unos furgones como los del tren “Blanco” con enrejado en las ventanas y llegamos a la SORPRESA, una especie de trole-tranvía con mucha falta de mantenimiento y pintura, con puertas en las puntas y al maquinista adelante como en el cole.








Con unos pocos pasajeros, al subir la ultima bici arrancó, como en todo Uruguay comenzamos a subir y bajar y las estaciones se fueron sucediendo y se fue llenando pero sin que hubiera parados.
Estación Víctor Surdriers, unos 40km de Montevideo fue muestro final, luego de los saludos y el agradecimiento por habernos llevado comenzamos el pedaleo. Eran como las 4 de la tarde y el grupo seguía en ayunas, por lo que nuestro principal objetivo fue encontrar un almacén donde comprar comida.

Tiempo después continuamos por una ruta bien asfaltada que nos llevo hasta la autopista interbalnearia y por esta al fin entramos a Atlántida y al Hotel Playa Brava (amigos de Mariangel)
El día que había comenzado a las 4:30 llegaba a su fin a las 19:30, ya de noche pudimos bajar a la costa mas relajados.
Bañaditos bajamos a cenar, el Chef y dueño había preparado noche de música flamenca con paella valenciana. Como la paella era -para ella-, con Gra decidimos comer pastas.
Entre flamencos y bichos de mar, decidimos que desayunaríamos, daríamos una vuelta para conocer y partir con rumbo Piriapolis.

Domingo 01/02/200910 de la mañana, Moni, Moni de La B (que se quedaba unos días más en otro Hotel), Gra y Yo, terminamos el desayuno, de las demás NADA. (Luego una diría estoy de vacaciones, nadie me va a obligar a madrugar).
10:45 comienza a bajar el resto, en ropa normal, …
11:30 sin alforjas pasamos por la casa de cambio, y luego hacia la costa para visitar el Águila. Una edificación extraña con forma de águila Nazi, en la costa sobre la playa y mirando al río. Retomamos buscando un lugar para unos amargos, en el mismo momento que lo encontramos Marian decide buscar artesanías para comprar.
Luego del desbande nos reencontramos con las Monis y nos ponemos a matear en la costanera, para llegar a la playa había que bajar 2 pisos.
Comemos unas facturas y se termina el agua del termo, el resto todavía de artesanía.
Cuando ya estoy harto y desesperado por partir, aparecen y por supuesto con ganas de matear.
Con mucha tranquilidad van a buscar agua y se comer su vianda, a todo esto el Sol a pleno. Por fin pasamos por el Hotel a buscar los bártulos, y luego de una despidida interminable salimos, costeando la playa.
Pronto la costanera se termina y las dunas avanzan sobre el asfalto dificultando nuestro paso, debiendo circular por la vía contraría.
Llegamos a la Interbalnearia, camino obligado para cruzar el Arroyo Solís, doblando hacia la costa por la ruta 10, hacia Bella Vista y nos encontramos otra vez con el río, bajamos a la playa para almorzar, son como las 16:30 y falta un chorizo.
Terminamos y parte del grupo se va hasta el agua, pasa el tiempo y no regresan, las llamo y nada, agarro una bolsa con nuestra basura y le digo a Gra y a Moni, vamos.
Pasan 10km y veo que Gra con Moni me siguen a cierta distancia del resto NADA. Son las 20:00 horas los tres llegamos a Las Flores (faltaban 10km), decidimos buscar alojamiento, apareció el resto. Difícil encontrar lugar para 7, y además con sabanas y toallas. Pero como la suerte es verde, por 100 verdes por día encontramos una CASA espectacular con 3 dormitorios living-comedor, patio, parrilla y garage cerrado.
Pizza y birra son muestra cena.

Lunes 03/02/2009
A medida que nos vamos levantando desayunamos, y con la malla a la playa que el día esta buenísimo, la playa NO, llena de restingas y sin guardavidas.
Después de un frugal almuerzo nos preparamos para pedalear hasta Piriapolis, por fin salimos el viento a favor nos ayuda y rápidamente llegamos al Hotel Argentino. Lucia paro en la i, de información, para averiguar donde estaba el negocio de “Claro” ya que estaba incomunicada, por fin continuamos para llegar al Balneario San Francisco, muy bonito, donde mateamos para regresar previo paso por una Heladería.
Estábamos esperando cuando aparece un ciclista que encara hacia Mariangel, en el preciso momento que esta viene hacia nosotros que estábamos en la otra punta de la vereda, sin saber nada Moni se sienta donde estaba Mariangel e inmediatamente este ciclista se pone a hablar con ella.
Luego de que conversaran mientras los demás guardábamos los helados, el muchacho nos invita a volver no por la ruta sino por un camino mejor, por medio de un barrio enclavado en el bosque y tan solo con la Luna como testigo.
-Pablito hace el asado- fue la orden, y Pablito comienza a recoger maderas, prende papelitos nada, mas papelitos y nada. Lucia trae un ventilador y lo único que logra es polvo. Viendo que me quedo sin asado me levanto, reacomodo las maderas y el carbón y luego de encender mas papel con un diario le hago mucho viento y comienza a arder la madera y luego el carbón. Cuando logramos hacer un buen fuego Gra coloca la parrilla sobre el fuego, Pablito sala la carne y la pone a asar.
Casi dos horas después, satisfechos, resolvemos aprovechar la carne que sobro de almuerzo.

Martes 04/02/2009
Y se largo a llover y como. Me despierto a eso de las 8:00 y llovía con viento del Este, salgo al patio el cielo totalmente cubierto, me vuelvo a la cama. 9:00 no aguanto más y me vuelvo a levantar, lloviznaba y a lo lejos parecía aclarar.
Pongo la pava, y comienzan a aparecer todas en camisón o pijama con una cara que no le mostrarían a ningún hombre.
Como zombis salen al patio miran el cielo, putean y vuelven a la habitación.
Luego de entradas y salidas del baño vuelven ya más decentes (llámese arregladas).
Para las 10 lo parecía iba a ser la tormenta del año, paso y el Sol comenzó a brillar. En un trajín impresionante todos nos ponemos a armar las alforjas, algunas se vuelven locas como si hiciese un mes que estamos allí.
Todos listos y el tipo no viene a buscar la llave, Marian lo llama varias veces y nadie contesta. Por último resolvemos que ésta y Mariangel fueran a la casa a buscarlo.
Por fin aparece con una sonrisa, da una vuelta nos da el Ok y partimos.
En la ruta nos reencontramos con las dos y seguimos, el fácil trayecto del día anterior con viento a favor y sin alforjas se transforma en un penoso trajín.
Pasamos Piriapolis, dejamos atrás Playa San Francisco, nos juntamos con la Interbalnearia ahora ruta 93, que por fin nos llevo hasta Solanas, compramos pan y gaseosas y bajamos a la playa top para almorzar, por suerte el vendedor de artesanías no estaba y le okupamos el puesto, con techito de paja. Pequeña y bonita playita con FM, para los ocupantes del tiempo compartido.
Volvemos a la ruta con un entusiasmo que duro poco, llegamos al puente entrada a Punta Ballena. El trayecto es seguir subiendo para bajar hasta el acantilado, ver el paisaje y visitar la famosa casa de Páez Vilaro y luego desandar el camino otra vez hasta la ruta. Unos estaban por el quiero ir y otros por No. En medio del cruce de rutas inicia un descenso hermoso y los que supuestamente doblaban siguieron y se mandaron en la bajada, como venia tercero en el camino freno a los gritos, atrás Gra y Lucia, metros atrás Marian y Mariangel que en vez de parar doblan hacia Punta Ballena, avisando que saben lo que hacen.
En conciliábulo decidimos esperarlas pero como tardan, le digo a Gra que es preferible esperar en algún lugar tomando algo, y nos vamos solos.
Luego de la bajada viene una larga recta y la entrada a Maldonado con sus famosas Paradas. En la 33 alcanzo a Moni y a Pablo, y me dicen que como no tenían pensado ir a Punta Ballena siguieron, como no hay un mísero boliche, todos son complejos vacacionales, buscamos una sombra y esperamos.
Dos cigarrillos después aparecen y sin mediar palabra seguimos.
Parada 20, 10, 7, en el horizonte se ve un transatlántico, Lucia, Mariangel y Marian se zambullen a sacarle fotos, pasan los minutos y se ponen a conversar con unos parroquianos.
Parece que lo hicieran apropósito, -yo me voy-, le digo a Gra, y parto.
Parada 6, 5, llego al Conrad, en medio de Punta del Este, aquí nace la avenida que divide Punta en dos y te lleva a La Barra, evitando todo el centro.
Aviso al grupo que yo corto por aquí, y con el semáforo a favor, doblo me siguen Gra y Moni, el resto sigue por la costa. (Por el día de hoy ya me saturaron).
Por la avenida siguen los complejos turísticos, pero también una que otra casona, llegamos a La Brava (ahora, si es Mar), y seguimos por 8km hasta el puente en zigzag para entrar a La Barra, volvemos a la costa, 4km más de playa y llegamos a Manantiales, donde por fin vimos el cartel del Hostel y doblamos.
Todas las mujeres en una pieza y los hombres (Pablo y Yo) en la mixta de al lado, son las 19:30, me saco la calza y la remera y con malla y remera me voy al bar por birra y papas fritas.
Son las 21:00 llega el resto, yo sigo dándole a la birra. Pasamos por lugares hermosos y por boludear no paramos ni a conocer.
Nos anotamos para los chivitos uruguayos.
Las Patricias buenísimas los chivitos horribles.

Miércoles 05/02/2009
En el Hostel Moni de La B que nos esperaba, se va en micro a La Paloma donde la encontraremos, Pablo se vuelve a casa.
El resto seguimos con destino incierto, el camino nos lleva a José Ignacio, cruzaremos la balsa y seguiremos hasta la Laguna de Rocha, me convencen que lo mejor es vadiarla y me dejo convencer. Aquí los planos son difusos no hay marcación de kilometraje.
En la entrada al pueblo de José Ignacio hay una estación de servicio donde quedamos Lucia, Moni y Yo, el resto se fue a conocer el Faro.
Uno de los vendedores me indica que faltan 6km para la balsa y 8 para la laguna.
Vamos bien, a los 6km aparece la Laguna José Ignacio. Grande mi asombro al ver que la balsa corría por un cable, empujada POR UN BOTE CON MOTORCITO FUERA DE BORDA. QUE GRANDE ESTE PAIS NATURAL.
Aquí se termina el asfalto y el mantenimiento, este camino solo lo usan algunos estancieros.
8km, el camino se va alejando del mar, la única laguna que aparece es una estancia que lleva su nombre, y bajo unos eucaliptos decidimos descansar y almorzar, ante tanta disparidad le pido a Marian el plano y utilizo el famoso sistema métrico del palito, este sistema infalible me dice que de laguna a laguna hay entre 12 ó 15km, ósea faltan entre 4 ó 7km más.
Demasiado ansioso no espero más, me subo a la bici y parto, unos 3km delante veo que el camino bien demarcado dobla a la derecha y se mete adentro de una estancia y continua una senda a simple vista muy poco usada, con hueyones y mucha arena. Empiezo a circular con cuidado y lento, en el horizonte no se ve nada, vadeo un arenal en subida y a lo lejos veo la famosa laguna. Hay dos 4x4 estacionadas en la orilla y una persona apoyada en una de ellas. A medida que me acerco distingo que se trata de un guarda-fauna.
Cuando llego lo saludo, me presento, le digo que vengo con un grupo de ciclistas y que tenemos intenciones de vadear la laguna para llegar a La Paloma. Me contesta que tenemos suerte, que si bien esta crecida la orilla esta firme y caminando se puede.
Lo convido con un cigarrillo y al tiempo me alcanza el grupo. No pudiendo con su genio acosan al pobre guarda-fauna con las mismas preguntas que yo hice y que ya les trasmití.
Lucia, Gra y Yo descalzos comenzamos la marcha, si manteníamos las ruedas de las bicis cerca de la orilla las bicis se movían bien, pero si te alejabas o te metías al agua, las ruedas se hundían y quedabas encajado.
Cuando estábamos aparentemente por la mitad transitábamos entre el agua y un gran médano a nuestra derecha, el viento traía olor a sal y ruido a olas.
Mientras paramos a tomar agua, el grupo se junto, Lucia y Marian no aguanto más, dejaron las bicis y se encaminaron hacia el médano. Poco después quede solo, Gra reaparece en lo alto y me grita –Veni esta el Mar-
Subo la cuesta y me encuentro con un paisaje alucinarte, un mar azul intenso que te atrapa, con unas altas olas blancas que serian la envidia de los surfistas.
Llegamos al otro lado para encontrarnos con barro y zonas de arena mojada pero ningún camino marcado, hacemos un tramo a campo traviesa hacia unos ranchos, supuestamente el poblado de los pescadores, cada vez mas barro y más ranchos, encontramos unas huellas que nos llevan a pasar entre las casas hasta llegar al camino.
Las mujeres se quedan sacando fotos no se a que, yo sigo de largo. Realmente estoy cansado, al ritmo que voy pronto me alcanzaran. Subo una cuesta y me paro, de las chicas nada, se acerca un auto argentino, frena para preguntar de donde somos. El conductor, cordobés, me cuenta los km que faltan y me avisa de una subida larga y alta, justo después de una curva que se vía a lo lejos. Resulto que el señor, también andaba en bici y esa mañana anduvo por este camino.
Me apoyo en la bici para esperar al grupo y les cuento el camino, vamos todos juntos, llegamos a las curvas y aparece la subida, todas, absolutamente todas se empezaron a alejar de mi, basto contarles que un hombre no pudo hacer algo, para que las Fem en bici, se mandaran demostrando lo mal llamado “sexo débil”. Como un pobre hombre me baje y la camine. Allá arriba estaban esperándome para bautizarme el “cordobés”, cuando para un auto y baja un hombre, que las increpa, preguntando quienes son e informándolas que por ahí no se puede ir en bici, casi se lo comen al pobre Sergio, otro ciber-amigo de Marian, que mal momento eligió para la chanza.
Este Sergio resulto ser quien nos daría alojamiento en La Paloma, nos indico como llegar a La Brújula de los Vientos (así parece llamarse la casa ¿?), y se fue a preparar el fuego.
Un Ohhh, enorme fue mi sorpresa al conocer la Brújula, que resulto ser un conglomerado de casas-ranchos, en madera, edificadas en un terreno sin ton ni son y de cualquier manera, tipo villa miseria pero con un aire hippie de los 60.
Una de estas casas con aires de duplex, todo en desnivel, por el desnivel del arenal donde estaba plantada, fue para las chicas. La edificación sobre la cocina general, un cuarto semi abandonado donde pusieron un colchón matrimonial y un juego de sabanas nuestro dormitorio, para subir, debíamos tener mucho cuidado porque se zarandeaba como loco.
Ya más relajados y pasados por el baño general (que tenia un cartel “Damas”, el de hombres nunca lo encontré), nos fuimos juntando alrededor del fogón y rápidamente aparecieron las Patricias, con picada de salame (de ellos) y queso (de nosotros).
Resulto ser que un tal Juan (dice ser estanciero), dueño del terreno y de una casa de 3 pisos (el mirador), casado con una suiza (yoguista), invito a Sergio (a la postre artesano en cueros ¿?) a integrar la comunidad, primero construyo la casa de invitados (donde están las chicas), luego la actual, una de 2 pisos con balcón, pero se le torció, y por eso esta construyendo la tercera en un terreno adjunto, que dicen haber comprado, un chalet todo en chapa de madera a dos aguas y por primera vez con baño interno. También Sergio invito a integrarse a su hermano (criador de ganado, pero luego criador de caballos), esta familia convive, pero duerme en una casa alquilada en terreno lindero. También pasa en carpa, los veranos en la comunidad, la hermana de Sergio y su marido (argentino, que vive en Brasil) que es el discjockey del grupo. Y cuanto amigo pase y quiera quedarse, en ese momento 25 personas.
Mientras iba interiorizándome de cómo funcionaba la Brújula, en la parrilla se fue haciendo el cordero, que estuvo de rechupete.

Jueves 06/02/2009
Cerca de las 10 de la mañana nos fuimos juntando para desayunar, los habitantes brillaban por su ausencia, (después nos enteramos que ya estaban construyendo), las Fem en bici informaron que lo primero sería llevar la infernal cantidad de ropa sucia a un lavadero y como segundo tema nos pusimos de acuerdo en lo que cocinarían, para devolver el agasajo recibido.
Teniendo en cuenta que se cocinaría sobre fuego a leña se acordó hacer ravioles con salsa boloñesa o crema y de entrada brochetitas de queso, tomate y albaca y otras de salchichas envueltas en panceta y de postre helado.
Mientras las Fem en bici partían hacia el lavadero, con Gra nos fuimos a comprar los ravioles y una vez resuelto, a la playa.
Conversando llegamos a darnos cuenta que ya era momento de separarnos, volvimos al pueblo y enseguida encontramos una cabaña a 30 dólares por día. Por mensajito nos enteramos que las fem en bici, ya estaban en la playa, llegamos en el momento que se disponían a comer el fiambre que compraron para ellas, junto a Moni de La B, a la que habían traído del camping.
Con una mirada Gra entendió y nos fuimos a comer a un restaurante próximo y luego a un locutorio, a hacer las reservas para la vuelta al pago.
Aquí comienza nuestro calvario. Un señor, atento le informa a Gra, que debido al “carnaval” (¿?). No tiene disponibilidades y que vuelva a llamar el sábado.
De muy mal humor volvemos a la playa y nos encontramos que las fem en bici ya se habían ido, solo estaba Moni de La B, con la tomamos unos mates.
Ella con la bici de Gra y Gra sobre mi porta, nos fuimos a recorrer el centro, buscando los souvenirs que elegiríamos, luego de un café donde arreglamos que al día siguiente nosotros tomaríamos la cabaña y ella dejaría el camping y vendría con nosotros, nos separamos volviendo a la comunidad de la Brújula.
Las fem en bici habían regresado del súper y este ante tamaña compra le traería las bolsas, ya mas relajadas se estaban poniendo bellas.
Llego el pedido, me parece que se fueron de mambo, media docena de Patricias, 3 botellas de latitud 33’ para saboreen vino argentino, una botella de Tía María legitimo, ósea un infierno de caro.
Gra en la cocina, preparando las salsas con Lucia y Moni de ayudantas y el resto preparando las brochetitas. Yo charlando con Luis y Sergio.
Lamentablemente la mitad de la comunidad se había ido y no pudo disfrutar del excelente y riquísimo banquete.

Viernes 07/02/2009
Nos despertamos, armamos las alforjas y bajamos a desayunar (10 hs), lentamente, las fem en bici, fueron apareciendo.
A las 11 hs nosotros partimos, hacia muestro nuevo hogar, el resto se quedo todavía guardando para luego partir con rumbo a Valizas.
Tomamos el duplex, pagamos un par de días, avisamos en que playa esperaríamos a Moni de La B y nos fuimos. Los 3 almorzaríamos, haríamos más playa, yo me fui al duplex caminando, antes le baje el asiento a mi bici y las chicas se fueron de Paloma city, hasta la caida del sol.

Sábado 08/02/2009
Cruzamos para llamar a Tres Cruces, una señorita respondió que recién había reservado los últimos lugares del lunes, y para el martes deberíamos llamar el domingo.
Enojados nos fuimos para La Pedrera, Moni de La B se quedo, su micro para Punta del Diablo salía al mediodía.
Tomamos la ruta de la costa, pronto pasamos por Costa Azul, que nos gusto y salimos a la ruta, unos cuantos sube y baja y llegamos, ya en la calle de entrada nos dimos cuenta que se trataba de una villa para gente joven, muchos boliches y Pubs, en Uruguay están todavía en la onda del whisky.
El mediodía nos encontró disfrutando de la playa y el mar, Gra me dice que va a un chiringo a buscar agua pal mate, me pierdo mirando el mar y en eso aparece con una sombrilla que le habían prestado por unos pesos en la chancha. Con la sombrilla pasamos el día lagarteando y durmiendo a la sombra. Bien tarde resolvimos volver a La Paloma, Cuando pasamos por Costa Azul nos prometimos conocerla.

Domingo 09/02/2009
Nos levantamos con la incertidumbre de no saber cuando podríamos volver a casa. Fuimos a la telefónica y esta vez solo tenían lugar para el jueves, cuando Gra me lo cuenta decidimos llamar a la Cacciola en Carmelo. Un Señor atendió y nos encontró lugar para el martes en el último viaje. Pero nos informó que el viaje en bus de Montevideo (Tres Cruces) a Carmelo lo gestionáramos nosotros, volvimos a llamar a esta gente y nos dijo que solo podríamos viajes de parados. Un viaje de 3 hs, ma si, nos sentamos en el piso.
Solo quedaba saber como llegaríamos a Montevideo y para eso nos fuimos a la terminal de La Paloma, compramos pasajes para el martes a las 6 de la mañana, único horario para llegar con margen.
Ahora si más tranquilos nos fuimos para Costa Azul, cuando llegamos preguntamos en un kiosco de diarios por una panadería (que rica es la factura uruguaya, tienen unas de grasa muy suaves, rellenas de dulce y otras saladas, rellenas de queso o jamón o mortadela, riquísimas), que resulto ser un súper donde compramos facturas y reservamos sándwich de milanesa para el almuerzo.
Esta vez no hubo sombrilla, pero estábamos cerca de una mata de arbustos que nos dieron sombra para el almuerzo, tarde bien tarde, volvimos.

Lunes 10/02/2009
Decidimos ir hasta la otra punta de La Paloma, junto a la Laguna de Rocha para conocer playa Solari, cuando el pavimento se termino, nos metimos en otro de arena hasta llegar, último control de salvavidas. Esta vez la sombrilla nos la presto la dueña del duplex. Cansados de tanto lagartear nos fuimos a comprar los dichosos souvenirs y a visitar el centro por última vez.

Martes 11/02/2009
6AM, ya en la terminal sacamos la rueda delantera de las bicis, y le entregamos todo al señor, para que las guarde en la baulera y subimos, apenas nos acomodamos y partimos.
El bus toma la ruta y en poco tiempo entramos en Rocha, después de unas vueltas dificultosas, por lo angosto de las calles, llega a una plaza, da una vuelta y toma por otra angosta calle sin que suba nadie.
Nos dormimos, una frenada nos despierta horas después, estamos entrando a Pando, vamos por una ancha avenida con viejos edificios abandonados, nos metemos en la zona vieja, da unas vueltas y volvemos a tomar la misma avenida en sentido contrario, también sin que suba, ni baje nadie.
Abro los ojos y transitamos por una autopista con grandes casas, un cartel dice que estamos en Montevideo.
Son las 10:30AM y llegamos a Tres Cruces, mientras armo las bicis, Gra va a confirmar el Bus a Carmelo, es el 3º y de parado para las 16:30hs.
Salimos a la calle y tomamos la 18 de julio, que nos lleva a la plaza Independencia y a la zona vieja. Sacamos fotos, damos unas vueltas, llegamos a la peatonal, caminamos y decidimos volver hasta la plaza Fabini donde vimos un restaurante Pasiva y comimos unos chivitos en pan.
Cansados volvimos a la terminal.
16:30hs comienza la actividad, llega el primer micro y la gente comienza subir, ahí nomás llega el 3º micro, mandamos las bicis, le doy una propina y subimos, Gra pregunta y encuentra asiento, yo me voy para el fondo, Gra vuelve a preguntar y me encuentra asiento, al lado de una uruguaya que venia a Baires a buscar trabajo con 50 pesos en el bolsillo.
Arrancamos, doblamos por una, doblamos por otra, pasamos por la estación de trenes y salimos a la autopista, media hora de viaje y el bus frena y entra a una Petrobras, el chofer baja, al tiempo baja más gente, de pronto sube el fercho y nos informa que siente un ruido extraño en el motor y antes de que se rompa algo en medio de la ruta, prefiere que cambiemos de bus allí, que bajemos y esperemos que ya dio aviso.
Bajamos y nos vamos sentando en el cordón del playón, Gra consiguió agua caliente y se pone a preparar mate, yo con los pocos uruguayos que me quedan compro galletitas, una parejita joven rezonga porque no tiene más plata uruguaya y no le aceptan argentinos, le ofrezco algunos, pero solo aceptan algunas galletitas.
Una hora después aparece un micro más viejo que el anterior, vía sms los compañeros de viaje se enteran que en Baires diluvia, y por aquí el cielo esta renegro. Ayudamos a pasar los bártulos y las bicis al otro micro, este chofer nos confirma que la Cacciola no se va sin nosotros.
Otra vez sin asiento, mi anterior pareja me cambió por otra chica que anteriormente acompañaba al chofer, me voy para el fondo y me encuentro con el muchacho de la anterior parejita, que me cede el asiento y le doy en pago lo que queda de las galletitas, este se sienta en el piso junto a su novia y se ponen a tomar mate.
Volvemos a arrancar, pasan unos minutos y comienza la lluvia, afuera llovía y adentro también y junto encima mío, me levanto y me siento en el apoya brazos de Gra. La lluvia amaina (adentro) y me vuelvo al asiento, rápidamente me duermo, con otra frenada me despierto sobresaltado, el micro queda detenido, desde la ventanilla se ve un campo inundado, nadie dice nada y seguimos parados, ni nos pasan autos, ni vienen en sentido contrario. Todos los malos pensamientos vienen a mi mente.
Nos movemos y volvemos a parar, unos minutos y otra vez, pasan autos en sentido contrario, despacito vamos avanzando, llegamos a un puente y vemos la razón, dos camiones se pegaron una piña, uno quedo volcado y el otro dejo el tren trasero sobre la ruta y la poli esta dirigiendo el transito.
Seguimos a buena velocidad, pasamos Colonia, y al tiempo comenzamos a ver las afueras de Carmelo, llegamos al puerto, nos indican que no retiremos el equipaje, mientras pasamos velozmente por migraciones, vemos que varias personas trasladan el equipaje y a las bicis al catamarán. Ya en popa veo que pusieron a las nuestras enfrente, con las ruedas sueltas, pido permiso y me dejan colocarlas.
Por fin salimos, sentimos como rugen los motores, en un viaje supersónico de hora cuarenta y cinco ya estamos en el Río Tigre, aquí hay que respetar normas y cuando amarramos perdimos 15 minutos más.
Como llegamos a las 00:45AM, por supuesto, ya no había más trenes, así que debimos pedalear los 30km hasta casa.

REFLEXIONES
No siempre el mejor camino logra serlo, cuando la compañía no es grupo, es simple compañía.
Hay muchos que logran aunarse de entrada o con el correr de los días y hay grupos que nunca se unen, simplemente son personas que viajan juntas, cada una con sus ganas pero sin un objetivo común.
También creo necesario que cada grupo tenga un líder que ordene el día a día. Cuando varias personas intentan valer sus ocurrencias el grupo se desordena y tiende a dividirse.
Hacer un travesía en bici, es tomarse vacaciones, pero no es igual a vacacionar en la costa y olvidarse del tiempo y de las responsabilidades.
Una travesía es recorrer un camino, en tiempo y forma a lo planeado, con el fin de que todo el grupo, goce del camino y sienta lo maravilloso de la travesía.

Pues como dije al comienzo del relato, esta travesía comenzó rara y terminó igual.

Hugo Nacarado
mtbhugh@yahoo.com.ar

FIN

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